Mezclan distintos temas del folclore tradicional dándole su toque más personal. Se les ha podido ver en la capital en diversas actuaciones, desde el concierto en la biblioteca de la Fundación Rey Afonso Henriques, dentro del ciclo de «Música entre libros», o bien en un concierto en San Pedro o en otro en el espacio artístico «Chachi&Chachi» o en una actividad promovida por la Cofradía de la Virgen de la Concha, y así hasta rondar la treintena de recitales por toda España. Se trata del grupo nacido en Zamora Ringorrango, para muchos entendidos, la revelación del mundo del folk del pasado año, que ha comenzado a grabar su primer disco.

«Ha sido una sorpresa la excelente acogida que hemos tenido porque pensábamos que nos íbamos a dar a conocer de una manera mucho más lenta a como ha sido», atestigua Ruth Domínguez. «Te quedas helada cuando consigues que tu música y tu propuesta guste a personas mayores, como las que fueron a vernos al concierto organizado por la Cofradía de la Concha, como aquellos que llevan toda la vida en el folclore e incluso a quienes no tienen ni idea de lo que es una jota», testimonia Mayra Pérez.

Desde el inicio el sexteto, que se conoció en el Consorcio de Fomento Musical, tuvo muy claro que su propuesta iba a ser distinta a lo que se asociaba a un grupo de folclore. En su primer proyecto, denominado «Folklore histérico», la música de raíz adquiere «especial fresca cadencia», sin olvidar «su esencia y su origen», subrayan. «Ahora te aburres de todo, las canciones las pasas y los discos no se escuchan completamente de tal forma que nosotros cuando ya te has aprendido la letra de la canción cambiamos automáticamente a otra», detalla Agustín Gallego.

Y es que esta formación ha creado nuevos sones como «ajecharros» y «ajemuñeiras», tras los que se esconden horas y horas de escucha de antologías de folclore, la elección de los temas que funden, de los instrumentos con los que los tocarán y de acoplamiento de las voces de los integrantes de este grupo que gusta de hacer guiños a la músicas de distintas comunidades, desde los ligeros de Cantabria, los fandangos de Huelva o las seguidillas de Madrid sin olvidar las jotas o los brincaos. «Tocamos temas de distintos lugares porque no nos queremos encasillar de un lugar y ahora incluso apostaremos por temas de Italia» adelanta Laura Puentes.

Ringorrango, que en la cultura tradicional equivale al término olé e invita al optimismo igual que las canciones del grupo, ha comenzado sus visitas a un estudio para grabar unos 13 temas para su primer disco que barajan o bien autoeditar o bien recurrir a coproducción asociada.

Los temas de la formación, que cuenta con cientos de seguidores en Facebook, podrán escucharse, ya no solo a través de Youtube o de su Myspace, en primavera. «Tener un disco es uno de los objetivos que nos hemos marcado, dado que nos lo piden en los conciertos y tenemos mucho seguidores en la redes sociales», precisa Agustín Gallego al tiempo que Fernando Martín indica: «Hemos tenido tan buena acogida porque apostamos por algo sencillo en apariencia» porque hay mucho trabajo es su vuelta al pasado desde la actualidad.

Su singular puesta en escena, en la que tocan decenas de instrumentos de percusión, se aleja de los estereotipos de la música de raíz . «Cuidamos cada actuación que es distinta de la anterior y y nos lo pasamos muy bien en el escenario». «Si no te diviertes al cantar no haces disfrutar», subrayan.