Riofrío de Aliste acogía el pasado fin de semana un «Encuentro de Mascaradas» donde la nota positiva fue la masiva presencia de visitantes frente a una muy floja organización, que llegó a a confundir a muchos de los participantes, quienes no sabían cuándo, dónde, ni que tenían que hacer; y al público, que nunca había visto las representaciones y, ante tanto barullo, no sabían muy bien que era lo que veían o lo que iban a ver.

Hubo tal confusión que más de uno llegó a pensar que se trataba de un concurso de disfraces. Nadie duda de la buena voluntad de los organizadores y de su intenso trabajo para poner orden a última hora, lo cual no les libró de pagar la novatada y recibir numerosas críticas.

En total, participaron ocho mascaradas: «Los Cencerrones» de Abejera de Tábara, «La Filandorra» de Sarracín, «El Tafarrón» de Pozuelo, «Los Diablos» de Sarracín, «Los Carochos» de Riofrío, «El Birria», la Danza del Paloteo de Tábara, «El Atenazador» de San Vicente de la Cabeza y «La Obisparra» de Pobladura de Aliste, representando a la provincia de Zamora. Como invitado especial estuvieron «Los Jurrus» de Alija del Infantado, León.

Uno de los grupos que más gustó en la salida fue «El Birria» tabarés, no por si sólo, sino por el conjunto que forma con los danzantes del paloteo que, al ritmo de los palos de espino, la flauta pastoril y el tamboril, las danzas guerreras, cautivaron con varios de sus lazos magistralmente bailados.

Para los profanos y para los expertos los grandes triunfadores fueron «Los Jurrus» leoneses, pues, aparte de ser la novedad, se traían bien preparada la representación con quienes les suelen dar vida en su fechas originales. Matrícula de honor. «La Filandorra» de Ferreras de Arriba compaginó muy bien la tradicional música de gaita y tamboril con sus andanzas callejeras.

Desfiles como el de Braganza ya han demostrado, que, contando con que sacar a las mascaradas de sus fechas y pueblos ya rompe la magia que tienen, como mal menor, la solución pasa porque los mascarados mantengan la procesión pagana de manera continua, sin cortes, ni paradas. Ahí fue donde estuvo el verdadero fallo en Riofrío, además de salir con mas de media hora de retraso sobre la hora prevista.

El encuentro finalizó con una convidada popular ofrecida por el Ayuntamiento de Riofrío a todos los participantes, donde más de uno apuntó la deriva que están tomando las mascaradas al ir perdiéndose la esencia pura de sus raíces. El gran reto de las mascaradas, si quieren sobrevivir, es centrarse en San Esteban y Año Nuevo.