Contra viento y marea, esquivando los embates de la crisis, Luelmo de Sayago ha podido mantener su tradicional muestra de teatro aficionado, en esta ocasión con tan solo dos grupos, de Luelmo y Peñausende. Aunque lejos de aquellas jornadas en las que actuaban varios pueblos de la comarca sayaguesa y hasta de Portugal o Salamanca, el empeño y la ilusión de los organizadores, con Luis Miguel Conejo a la cabeza, ha hecho posible la octava edición de un certamen que nació con el propósito de fomentar el teatro en el medio rural y estimular el trabajo de los grupos que son capaces de operar sin medios económicos y en muchos casos ni siquiera humanos.

A juzgar por la asistencia de público, unas cuatrocientas personas el día de la clausura con los anfitriones en el escenario, la cita demuestra el interés de los sayagueses por las representaciones que evocan aquellas comedias de antes. «Cuánta gente habéis venido/ los del pueblo y forastera/ no sé si por verme a mí/ o por ver a la comedia». Las palabras de Julio Borrego Nieto, Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades, evocando los recuerdos de su madre cuando comenzaban las comedias en Villadepera, abrían el pregón del certamen de este año, pronunciado por el catedrático de Lengua de Moralina. Convencido de la «fascinación del teatro», Julio Borrego aseguró que, «salvo las verbenas, por motivos en los que ahora no vamos a entrar, ningún acto de los que se organizan en el pueblo tiene tanto atractivo como el teatro». Le bastó con echar un vistazo a la plaza de Luelmo, donde se congregaron a lo largo de dos días centenares de espectadores.

Sacar adelante la octava muestra ha rozado la proeza. «Hay pueblos que con cada vez menos gente encuentran dificultades para completar los personajes del reparto de sus obras o para el montaje» admite Luis Miguel Conejo, promotor de la muestra de Luelmo y director del grupo de su pueblo. Pese a todo, los actores de Peñausende y Luelmo de Sayago trasladaron por un momento la fantasía y el humor a un público entregado que en muchos casos ha sido fiel edición tras edición a esta encomiable oportunidad cultural en el medio rural.