El lugar elegido para volver a mostrar su creación pictórica en la ciudad ha correspondido al Colegio Universitario, dado que «tiene una estrecha relación con mis vivencias en la ciudad», sentencia la artista Nuria Rabanillo, quien tras más de cinco años de ausencia expositiva y aprovechando una estancia en España, pues reside en Nueva York, presenta una retrospectiva de sus creaciones. Y en su retorno, en la muestra titulada «Miradas interiores», recopila una treintena de obras realizadas a lo largo de las últimas dos décadas. «Se trata en el fondo de una retrospectiva, pero sin realmente pretenderlo». «Es un resumen de mi creación en la que entremezclo el mundo urbano y el rural que se unen como la dualidad que tengo en mi propia persona», dice esbozando una amplia sonrisa.

A lo largo de todo el claustro la pintora de Mombuey presenta una serie de cuadros, realizados en gran tamaño principalmente en óleo y en acrílico sobre lienzo, centrados en tres ámbitos temáticos: el mundo del vino, los paisajes urbanos y las cabezas, la gran constante de la producción de la creadora.

«Los motivos relacionados con el vino provienen de la exposición "Honrando a Baco"», un compendio de pinturas figurativas basadas en los olores de su infancia y especialmente en el mundo del vino que realizó en el año 2009 durante una estancia de varios meses en España. La pintora también ha plasmado vistas de Nueva York, donde vive desde hace seis años, en las que introduce caminos que «reflejan mi búsqueda vital y creativa», enfatiza Nuria Rabanillo de la Fuente.

Peso si hay algo hay definitorio de la creación pictórica de esta artista son las cabezas, que protagonizan muchas de piezas expuestas. «Es un símbolo que utilizo desde de mis inicios y ha ido evolucionando a lo largo de estos años». Estos bustos despersonalizados «reflejan el ser humano al margen del sexo, de su ideología, del estatus social... lo liberé de pelo, de arrugas o de vestimenta. Supone una herramienta para expresar lo que vivo y también una manera de despertar interrogantes, dado que puedo plantear desde temas actuales hasta completamente íntimos», puntualiza. «Estamos en un mundo donde la imagen tiene un peso excesivo y se juzga a uno por la apariencia, con la utilización de estas cabezas reivindico la importancia de la parte interior de las personas», esgrime.

En la treintena de cuadros de «Miradas interiores» Nuria Rabanillo de la Fuente navega en una paleta a caballo entre las tonalidades marrones y amarillas. «He tenido etapas de utilizar mucho el azul, pero en no hay ninguna obra de ese período. Es verdad que he tenido unos años en los que el naranja y el amarillo predominaban. No obstante desde el 2002 empleo mucho el rojo, como símbolo de la pasión», puntualiza la pintora que realiza una inauguración oficial de muestra esta tarde a partir de las 19.00 horas.

Nuria Rabanillo, cuyas obras pueden conocerse hasta el próximo día 25 de marzo, tiene previsto regresar «en un tiempo» a Nueva York donde le aguarda un proyecto artístico «muy interesante», confiesa sin querer entrar en detalles.