"Sirvieron antiguamente para adornar y presentar un cesto con el pan, las roscas o velas, entre otros elementos, que los fieles ofrecían a la Virgen y a los santos en muestra de agradecimiento por los bienes y favores recibidos", explica el director del Museo Diocesano, José Ángel Rivera de las Heras, sobre los paños de ofrendas, característicos de Aliste y Alba, que centran la cuarta muestra temporal del centro cultural diocesano.

Y es que Santo Tomé, sede del museo, presenta desde ayer 14 de estos elementos artesanales, realizados en el siglo XIX y XX, pertenecientes a las parroquias de Tola, Matellanes y Rabanales.

Los paños de ofrendas están confeccionados con lienzo de lino de la tierra y adornados con "bordados domésticos de tipo popular". Las piezas presentan motivos decorativos en bandas longitudinales y trasversales, distribuidas a lo largo del borde del paño. En ellos "prevalecen los adornos geométricos y florales esquemáticos, las líneas quebradas y los ramos buscando siempre la simetría", describe el responsable de Patrimonio de la Diócesis que detalla: "En la zona central se colocan, aisladamente, cruces o encomiendas y los bordes suelen estar ribeteados con puntillas" e incluso en ocasiones "los extremos cortos van rematados con deshilachados a modo de fleco".

Los paños exhibidos tienen unos 50 centímetros de ancho por alrededor de un metro e incluso metro y medio de largo, y casi todos los expuestos presentan un buen estado de conservación, aunque alguno está horadado por el centro quizá para colocar algún objeto. No obstante, para la muestra los 14 "han sido limpiados y planchados", describen desde el Museo Diocesano. En las unidades exhibidas hay algunos con los bordados en color miel, mientras que otros combinan esta tonalidad con el azul "a criterio de la mujer que los hacía", indica Rivera de las Heras.

A pesar de la pérdida de su uso originario las parroquias del arciprestazgo de Aliste -Alba han sabido "valorar, conservar y custodiar estos paños, una muestra de artesanía rural de la diócesis al servicio del culto", insiste el sacerdote Rivera de las Heras que detalla que al inventariar las piezas de la Diócesis "en Aliste y Alba nos encontramos con muchos ejemplos de estos paños en buen estado de conservación y nos pareció interesante hacer una exposición para que el público descubra cómo los han conservado las parroquias y vean algún tipo de obra que no sea obra plástica, como la pintura y la escultura".

El cultivo del lino y la obtención de su fibra fue una labor tradicional que pervivió en la zona alistana hasta época reciente. Su proceso, dilatado, arduo y minucioso, estuvo vinculado al mundo femenino, pues lo realizaban las mujeres campesinas de forma diestra y paciente.

Tras ser arrancado de la tierra cuando estaba dorado, se maceraba, cocía, aclaraba, resecaba, majaba, refregaba y golpeaba; luego se pasaba por el rastrillo, y la fibra se hilaba con ayuda de la rueca y el huso, se aspaba y devanaba para formar madejas que posteriormente se cocían, lavaban y secaban, y finalmente se llevaban al telar. El lienzo obtenido se bordaba a punto de cruz, ""al pasado", cuando el adorno es idéntico en el haz y el envés u otras puntadas cortas debido a la irregularidad del tejido, con hebras de lino, previamente torcidas y teñidas artesanalmente de caparrosa, añil u otros colorantes naturales o artificiales, ofreciendo bordados en colores azul claro, meloso, negro y otros, combinados o alternando", indican fuentes diocesanas.

Los paños se complementan con un lienzo firmado por Ricardo Segundo, en el año 1976, que representa a una mujer alista hilando.

La exposición "Los paños de ofrenda alistanos" podrán contemplarse en la antigua iglesia de Santo Tomé durante, al menos, seis meses, de lunes a sábados de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas, y los domingos y festivos de 10.00 a 14.00 horas.