Apasionada de la música sefardí y meticulosa hasta el extremo en su estudio e interpretación, Mara Aranda dejó parte de su partitura el jueves en el Teatro Principal de Zamora. Aranda, una más en el congreso sefardí de esta semana, profundiza en esta música y en su historia. Tras la publicación de "Sephardic Legacy", la valenciana presentará un nuevo trabajo en otoño en la Lonja de la Seda de su ciudad junto a Capella de Ministrers bajo el título "La música encerrada: Sefarad".

-El año pasado conoció el congreso sefardí de Zamora, ¿qué le atrajo de este encuentro?

-Soy intérprete de repertorios históricos, entre los que tiene un lugar preeminente el sefardita. Cuando alguien se acerca a este tipo de canciones es imposible no hacerlo desde la perspectiva de la historia. Tendría solamente la aproximación un sentido formal, pero aquí hay una cuestión de fondo importante. A la hora de interpretar estos cantos es esencial tener una referencia del contexto donde se originan, qué elementos componen la realidad de aquellos que las interpretan, todos los elementos que hacen que esas canciones suenan como lo hacen y cuentan las cosas de la manera particular y diferenciada del resto de tradiciones. No es suficiente con acercarse a unas partituras o a unas grabaciones documentales, para luego interpretarlas con mayor o menor gusto, creatividad, fidelidad? Para interpretar una canción de boda sefardí uno ha de saber, o intentar acercarse a como vivían y sentían aquellas mujeres esta celebración, qué significación y trascendencia tenía. Hay que indagar, investigar, leer documentos, rebuscar en los arcones de la historia para dar un sentido coherente a una interpretación.

-¿Qué opinión extrajo de aquella cita cultural?

-Jesús Jambrina, el director del Congreso, organizó maravillosamente cada detalle. Fue él mismo el que nos ofreció, a todos los participantes, un recorrido minucioso por las calles de Zamora y exhumó una parte de la historia de la ciudad que se enterró en vida. Después de este primer congreso, el Ayuntamiento de Zamora se ha sensibilizado con el tema y señalizará cinco enclaves significativos del paso de los judíos por la ciudad.

-¿El concierto de este jueves fue idea suya?

-Fue una iniciativa mía en un sentido, porque después de la primera experiencia y contacto con Zamora, pensé siempre en volver. Pero Jesús Jambrina, por otro lado, me invitó a participar dando un concierto y accedí agradecida y encantada.

-En esta reunión ha podido coincidir con Judith Cohen, ¿qué opina de su trayectoria?

-Canciones judeo-españolas sefarditas, música medieval y música tradicional: de España, de Portugal, de los Balcanes, del Canadá Francés, en Yiddish? Judith, doctora en etnomusicología, es una mujer valiente, una intrépida intérprete y, además, con una memoria portentosa. Pero, sobre todo, Judith Cohen es una institución, una persona que conoce la historia medieval española mejor que la mayoría de los españoles y que ama profundamente aquello que hace. Y eso se nota en cada palabra que dice, y se aprecia cada vez que sus dedos se posan sobre la piel curtida de sus panderos y en la forma que tiene de mirar a donde mira y de hablar o de guardar silencio cuando las circunstancias lo requieren.

-Háblenos de su trayectoria y de sus pasiones.

-Mis grandes pasiones son la música y la Historia. Hace más de veinte años, de hecho el año que viene celebraré mis 25 años sobre los escenarios, comencé a estudiar los cancioneros y grabaciones sefardíes y la música medieval. Pasé por diferentes formaciones recogiendo en mis repertorios el testigo de la música de raíz y reinterpretándola, creando partes instrumentales para alargar las melodías originales, componiendo letras que se adecuaran a esas músicas o utilizando instrumentos tradicionales pero en una combinación que resultase atractiva para el oído de los oyentes del siglo XXI. Las músicas tradicionales ya están sobradamente recogidas en grabaciones de campo y documentales e incluso hay todavía intérpretes que siguen haciéndolo como les fue transmitido por sus mayores. Hay también algunos, que siendo profesionales, se resisten a cualquier alteración de esos originales. Yo siento que es como visitar un museo donde cada obra está protegida y custodiada por una vitrina con sensores que detectan presencias extrañas y cámaras en grabación continua.

-En Zamora, la principal referencia de la música sefardí es el recopilador Joaquín Díaz, que ha dedicado varios discos a este género, ¿qué opina de su labor?

-Para la grabación de mi primer trabajo en torno a la tradición sefardí (Aman Aman: Música i cants sefardís d'Orient i Occident') viajé hasta Urueña donde está su Fundación. Pasé una semana alimentándome de la información contenida en aquella maravillosa biblioteca donde había ejemplares descatalogados o muy difíciles de conseguir, que hablaban de la vida de los judíos españoles en Salónica, de los romances de Tetuán. Volví a casa con siete kilos menos y una emoción intensa que me alimentó durante años. La tradición sefardí le debe mucho a Joaquín Díaz. Según sus palabras, cuando él empezó a grabar "sólo las canciones de Victoria de los Ángeles arregladas por Manuel Valls y un disco de Philips de Sofía Noel recordaban en España que los sefardíes habían estado aquí". Fue y es una de esas luces que recuerdan a los hombres donde está el camino.

-Hablemos de esta música, ¿a qué llamamos música sefardí?

-Los judíos españoles, tras su salida de Sefarad, inculcaron a sus hijos su pasado español medieval: las costumbres, la lengua y la música, que de generación en generación, por transmisión oral, se conservó hasta nuestros días adaptándose y enriqueciéndose en esos nuevos asentamientos. Los cantos tradicionales de los judíos sefarditas eran las "romansas", que describen la vida de los judíos y nos hablan de la historia de España, estando conectadas con el romancero hispánico y siendo las más antiguas y de procedencia medieval, aunque son muy pocas. Después, evidentemente la producción ha continuado engrandeciendo el repertorio y tenemos textos y melodías de épocas más recientes, respondiendo o replicando a las corrientes y modas de cada espacio geográfico donde se componen y también la época. Hablamos, en este caso, de "kantikas". Y van desde canciones de moda griegas o turcas que los sefardíes traducen al judeo-español, composiciones de música clásica otomana compuestas por judíos sefardíes turcos, piezas a ritmo de foxtrot, tango u otros géneros.

-¿Quienes fueron más importantes: hombres o mujeres?

-En la interpretación de la música tradicional predominaba la voz femenina. Los hombres, que conocían el hebreo, participaban en la liturgia sinagogal. Las mujeres no conocían en general la escritura hebrea y cantaban en judeo-español que era la lengua diaria. Los cantos hacen referencia al ciclo de la vida: nacimiento, crecimiento y muerte y todos los ritos asociados a los mismos y se daban en la intimidad del hogar y también en celebraciones donde llevaban ellas la voz cantante. El papel de las mujeres como transmisoras de la tradición es fundamental en la comunidad sefardí y en la de todas las tradiciones del mundo.

-¿Cómo han llegado hasta nosotros estas canciones?

-Generalmente para aquellos que no las hemos conocido de nuestros mayores, han llegado a partir de las encuestas de campo efectuadas a partir de principios del siglo XX, incluso finales del XIX, que parece ser que eran inicialmente de filólogos romanistas que tenían interés en el judeo-español más como lengua que no como expresión literaria y también los testimonios de algunos hombres de letras de origen judeo-español que sí habían recibido este legado por vía oral. En 1896 hay ya una colección de romances de Turquía que publica el periodista sefardí Abraham Danon.

-¿Es voluminoso este legado o algo limitado?

-El legado es grande y recoge mucha bibliografía y también grabaciones documentales de campo, en soportes modernos (hoy incluso está ya todo, o prácticamente todo, digitalizado). Hay partituras, portales de Internet con sobrada información? Hoy día está ya todo al alcance de la mano.

-Tenemos entendido que ha recorrido aquellos lugares donde se establecieron los judíos tras la expulsión. Cuéntenos algún detalle de esta experiencia.

-Sí, viajé a Grecia y residí allí, en concreto en Salónica, la llamada "Jerusalén de los Balcanes". Un par de años más tarde emprendí otro viaje, y residencia, a Estambul. Ambas ciudades pertenecían a lo que se conoce como el antiguo Imperio Otomano, que comprendía además la antigua Yugoslavia, Bulgaria, Grecia, Rumanía? Una de las tres zonas principales que recibieron judíos españoles, junto con el Norte de África y la Europa Occidental, después de su expulsión de la Península. En Estambul y Salónica fue donde escuché por primera vez hablar en judeo-español, a descendientes de sefardíes que habían mantenido la lengua, de generación en generación, durante más de cinco siglos.

-Háblenos del grupo Al Andaluz Project.

-Al-Andaluz Project nace del encuentro de dos formaciones que en aquel momento (estamos hablando de 2005) están plenamente consolidadas en el panorama internacional y que tienen, en parte, unos criterios estéticos comunes. De una parte los alemanes Estampie revolucionaron el concepto y la interpretación de la música antigua que hasta ese momento se servía de unos códigos muy encorsetados y no dejaba apenas espacio a la naturalidad, la personalización, la improvisación y a la evolución. Todo un gran bagaje cultural y musical se había quedado como una foto fija en el tiempo. Las músicas tradicionales, en cambio, habían seguido evolucionando, sirviéndose de recursos asociados a los tiempos históricos en los que se interpreta en cada caso. Por otro lado, L'Ham de Foc, formación a la que yo pertenecía, había consolidado un proyecto musical que partía de la música tradicional y medieval con unos arreglos instrumentales y vocales tan osados como sofisticados, tal como rezaba en la estatua que nos entregaron como reconocimiento a nuestro trabajo en el Festival Altaveu de 2003. Es en ese punto donde convergen los dos vectores: Estampie, aportando su visión de la música medieval cristiana y L'Ham de Foc, haciendo lo propio con el repertorio sefardí con el que yo venía trabajando desde mucho antes incluso que se iniciara la exitosa carrera con L'Ham de Foc. Posteriormente invitaríamos a Iman y Aziz, que aportaban la visión de la música andalusí. Desde el principio hubo una intención de continuidad, tácita. Actualmente seguimos con el proyecto, somos tres cantantes y cada una de nosotras representa a cada una de esas tres grandes tradiciones: la cristiana, la judía y la musulmana. Solemos tener varias giras anuales a nivel europeo.

-¿Cómo ha recibido el público su disco "Sephardic Legacy"?

-Sephardic Legacy ha sido un disco que se grabó en 2013 y que ha tenido una afortunada, y espero que también, larga vida. El disco ha sido dirigido y producido por Jota Martínez, especialista en cítolas y viola de rueda aplicadas a las músicas históricas y en él han participado músicos excepcionales que se unen a este proyecto para acercar al público unas músicas que han formado parte importante de la vida social y cultural de los habitantes de las diferentes religiones que convivieron, alternando periodos de mayor y menor tolerancia, durante casi ocho siglos, más de 24 generaciones, en el Sefarad de los hispano-judíos, el Al-Ándalus musulmán o la Hispania cristiana.

-¿Existe aún un repertorio musical aún por descubrir?

-Muchos por descubrir, pero siendo realista, prefiero invertir el tiempo que me queda en profundizar en los que ya estoy trabajando. No hay que prender hogueras que no puedan mantenerse. Puedes acabar consumido por ellas.

-¿Están de moda estas músicas?

-Estas músicas nunca han perdido un ápice de interés para un público culto. La cuestión es que en el ámbito de la músicas históricas se puede decir mucho todavía. Hasta hoy se han hecho interpretaciones muy diversas, algunas afortunadísimas como las que hace desde hace tantos años Eduardo Paniagua, del que ha sido colaborador durante mucho tiempo Jota Martínez, que ya tiene un lugar preferente en la historia con su proyecto de grabar la totalidad de las cantigas marianas. Hay otras que, seguro, no superarán la prueba del tiempo. Todavía hay mucho por decir y mucho por aprender.

-¿En qué canales se difunde este tipo de música? ¿Qué opina de programas especializados como "Discópolis"?

-Hay muchos medios especializados que se hacen eco de estas músicas. No solamente radios, también prensa escrita, televisión. Siempre son medios para "minorías", pero también siempre me gusta recordar que esas minorías a las que aludo están formadas por millones de personas en todo el mundo. En medios nacionales, de gran alcance como el programa dirigido por José Miguel López "Discópolis", emitiendo desde hace 25 años siempre han dado cobertura a mis trabajos. También Lara López en Rádio 3 de RNE con su "Músicas Posibles" y Fernando Íñiguez, en el mismo medio, con "Tarataña", Pilar Sampietro con "Mediterráneo", Sonia Frías en Radio Círculo, Araceli Tzigane y Juan Antonio Vázquez con "Mundofonías". Solamente cito una parte pequeña de los muchísimos medios que dan soporte a estas músicas y al trabajo que vengo realizando desde hace 25 años, afortunadamente.