Después de dos congresos monográficos sobre el pasado judío de la provincia y la herencia de Sefarad -término con el que los hebreos expulsados en 1492 definen el país imaginario vinculado a España- Zamora «ya está en el mapa», defienden los organizadores de estas iniciativas, de la investigación sobre esta cultura en el mundo. Si el primer congreso celebrado en julio de 2013 sorprendió por el amplio seguimiento que tuvo un asunto hasta la fecha «dormido», la segunda entrega ha confirmado la visita a Zamora de importantes personalidades e investigadores del tema judío procedentes de varios países, fundamentalmente, de Israel y de Estados Unidos.

El encuentro inicial pretendía reunir en la ciudad a estudiosos de la historia de esta cultura para poner luz sobre su paso por la capital. De ahí que el congreso recibiera el título «Reencuentro e historia de la aljama de la ciudad de Zamora». Diversos estudiosos pusieron en valor esta región como área cultural en la que surgieron numerosos rabinos de importancia capital para el legado hebreo en una etapa tardía. Surgieron con fuerza los nombres de personajes como Isaac Campantón, que ha dado nombre al centro creado para impulsar estos estudios en la provincia.

Asimismo, fueron recuperados estudios realizados en la ciudad para ubicar las distintas juderías y zonas de la capital con influencia de las comunidades hebreas, temas estudiados en su momento por investigadoras como Guadalupe Ramos de Castro o Fuencisla García Casar. Tras las actividades celebradas en los años noventa, la recuperación del legado sefardí en Zamora generó un importante número de adhesiones y la visita de profesores procedentes de la Universidad de Ben Gurion, como Abraham Gross, o del recién nombrado presidente de la comunidad sefardí en Jeruralén, Abraham Haim. En el lado más cultural, la visita de la musicóloga Judith Cohen que ofreció un pequeño recital. Y es que la música estuvo presente en el encuentro tanto en el prólogo celebrado en Madrid como en los jardines de la iglesia de La Horta con la colaboración de Alberto Jambrina y Pablo Madrid. Los organizadores destacaron la implicación de la sociedad zamorana, la participación de estudiosos de prestigio que financiaron los gastos del viaje para estar en Zamora y, en suma, el interés generado en torno a la cuestión judía.

La edición inicial ponía alto el listón para la segunda entrega, que ha contribuido a consolidar el interés por el paso judío por Zamora, ha reunido a otro buen puñado de expertos de distintas nacionalidades y ha permitido impulsar la señalización de los cinco lugares más emblemáticos de la ciudad sefardí, pese a la falta de evidencias arqueológicas propias del «borrado de datos» al que obligó la política de los Reyes Católicos con la expulsión.

El congreso extendió sus límites geográficos para analizar en la provincia y Portugal la ruta de los hebreos emigrados tras el decreto de 1492. La expedición, que ha contado con una veintena de ponentes y más de un centenar de participantes, inició el encuentro en el lado portugués de La Raya, con la visita de las localidades lusas de Vimioso y Carçao, donde los organizadores elogiaron la calurosa recepción de las autoridades. Ese viaje por los límites de ambos países en el contexto ibérico se trasladó a Fermoselle para conocer una localidad clave en la huida judía.

En el aspecto científico, obviamente, estuvo la mayor aportación de esta segunda convención, con la participación, por ejemplo, de Jane Gerver, directora del Instituto de Estudios Sefardíes de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. O la presencia de Gloria Mound, que presentó en Zamora su trabajo de búsqueda de zamoranos del Holocausto con ascendencia judía. O la visita de Isaac Kerem, impulsor de la Fundación para la Diversidad Judía, quien explicó el trabajo de recuperación de las lenguas y la cultura hebreas.

Junto al estreno de la señalización de la ruta sefardí, el congreso también trabajo el recital de Mara Aranda, musicóloga y estudiosa de las melodías sefardíes, que ofreció un formidable concierto en el Teatro Principal en el lado más cultural de esta cita.