Jesús Marín es un artista que fija su atención en los palomares. Varias de sus obras se pueden contemplar hasta el domingo en la interesante muestra "Palomares" en sala de exposición de La Encarnación.

-¿Qué lleva a un catalán a pintar palomares?

-Yo creo que va con el carácter. Hay que ser un poco contemplativo. Desde hace más de 20 años visito esta tierra y recuerdo que la primera vez que vi un palomar me surgió un gran interés por conocer estas construcciones tradiciones. Aunque son palomares para mí, sobre todo, detrás hay un trasfondo, la desaparición de un modo de entender la vida, la del mundo rural. Veo que desaparece esa concepción del mundo y con él va a ir los palomares.

-Con estas pinturas ¿qué pretende?

-Se trata de una serie denominada "Paisaje y memoria" porque es lo que podemos ver al desplazarnos por las carreteras de pueblos y es la memoria de unas generaciones que si se pierde, perdemos todos.

-Pinta palomares de distintas latitudes.

-Es un poco aleatorio. Pinto los que me gustan. En la exposición hay palomares de distintas localidades de Zamora en formato muy grande porque el paisaje castellano te abruma. Si sales a los caminos el cielo te oprime y la visión del horizonte es impresionante, por lo que hacerlo en un lienzo pequeño pierde su encanto. Normalmente hago fotografías y luego lo traslado, pero hay que tomar muchas notas y hacer muchos bocetos para captar la luz que tiene esta tierra y que es muy difícil de plasmar. La luz de Castilla es muy peculiar.

-Apuesta por la bidimensionalidad a través del empleo de texturas. ¿Por qué?

-Porque forma parte del paisaje castellano, que es muy roturado y agresivo. Las texturas le otorgan personalidad. Trabajo esta temática desde 2006 y ahora en algunas de mis obras utilizo colores cercanos al pop art, para llamar la atención a otro tipo de público. Siempre intento innovar para que la gente joven se aproximara a los palomares y a la vida de los pueblos.

-Usted ha presentado los palomares en su Badalona natal y en otros puntos de Cataluña, ¿cómo reacciona allí el público?

-La mayoría de personas desconocen lo que son, pero tienen una gran curiosidad. Para mí los palomares son una manera de identificarse con un espacio. Yo no tengo la raíz vinculada a ellos, pero intento sentir empatía con las personas para las que ha sido un modo de subsistencia porque los pichones se comían y la palomina se empleaba como combustible.

-Sus obras se suman a otras manifestaciones artísticas centradas en esta construcción tradicional en la Encarnación.

-Por un cúmulo de casualidades. (Risas). Gracias a las redes sociales ha surgido la posibilidad de exponer en Zamora, pues conocía a los fotógrafos que presentan sus imágenes. Me encanta la muestra y me gustaría que los zamoranos acudieran a verla y se sensibilizaran ante su desaparición porque en esta provincia existen muchos palomares.

-¿Qué tipo de construcción le gusta más la tradicional, la que es más vertical...?

-Distintos palomares con distintas luces en un mismo espacio pueden tener el mismo encanto.

-¿Qué proyectos tiene a corto plazo?

-En septiembre expongo en el centro de interpretación de los ríos de Benavente. Allí mostraré algunos cuadros más de palomares así como ejemplos de paisajes interior, un poco más abstracto y muy texturado.