Del latín stella-ae. De aquí se deriva el término castellano estrella. Esos puntos luminosos que aparecen en el cielo nocturno y que, en muchas ocasiones, llegan a marcar el camino, la estela que se ha de seguir. A lo largo de la provincia de Zamora, son diversas las formas y los lugares desde los que contemplar estos cuerpos celestes que iluminan ahora las noches veraniegas.

Acampar bajo la luz celeste

Para los más aventureros y los amantes de la naturaleza, una forma interesante de arroparse en las noches de estío es dormir bajo el manto nocturno, cubriendo los sueños con las estrellas. En la provincia, son varias las zonas de acampada habilitadas para hacerlo y para disfrutar de rutas naturales únicas.

Algunos de los campings más concurridos, sobre todo, durante los meses de julio, agosto y septiembre, son los que se encuentran en la zona del Lago de Sanabria, donde, de una forma casi ubicua, se puede disfrutar del verde del campo y de la arena de la playa al mismo tiempo. También es habitual la presencia de tiendas de campaña en las tierras de la zona de la Sierra de la Culebra, donde se disfruta de una experiencia natural única.

Santa Cristina de la Polvorosa, Ribadelago o Galende son otros de los lugares donde salir de acampada, bien sea en familia, con amigos o en pareja. La zona de Los Arribes, junto al discurrir del río Duero es otra buena opción para clavar los vientos de la tienda de campaña y arroparse con millones de estrellas. La provincia también ofrece una amplia oferta de alojamientos rurales para disfrutar de estos lugares.

Astronomía: conocer y disfrutar de las estrellas

A????? y ?????, en griego o, lo que es lo mismo en latín, astron y nomos son los términos de los que proviene el vocablo Astronomía. El primero significa cuerpo celeste y el segundo viene a decir algo así como dispensa, adjudicación o ley.

Es decir, la Astronomía es la rama que trata el amplio mundo de los cuerpos celestes, entre ellos, las estrellas. Pero, ¿dónde y cómo hacerlo en Zamora? De esto se encarga y a ello dedica sus actividades la Agrupación Zamorana de Astronomía, cuyos inicios se remontan al año 1987 y que fue refundada en 2009, coincidiendo con el Año Internacional de la Astronomía que conmemora la primera vez en que Galileo Galilei observó con su rudimentario telescopio el firmamento, 400 años atrás.

La agrupación suele reunirse una vez al mes en el local de la Asociación de Vecinos de Olivares, donde comentan sus experiencias y analizan métodos de observación , además de organizar salidas nocturnas para llevar a cabo observaciones estelares en grupo.

En pleno casco urbano de la localidad de San Agustín del Pozo, se encuentra el observatorio astronómico Orión. Situado a unos 700 metros de altura sobre el nivel del mar y hecho realidad por el "pastor galáctico", como se llama a sí mismo Joaquín Tapioles, un pastor de ovejas -y ahora también de estrellas- aficionado desde pequeño a observar el cielo. El guarda de ganado comparte sus enseñanzas, vivencias y anécdotas en un blog.

También en la ciudad de Toro, desde 2009, existe un observatorio de estrellas. Un torreón construido entre las cepas de una bodega en el término local de El Palo es el lugar desde el que poder contemplar el manto celeste que cubre el terreno toresano y que se enmarca dentro del proyecto de una enológica familiar de la D.O. Toro para fomentar la cultura en sus diversas manifestaciones.

Pero si lo que se desea es contemplar las estrellas respirando aire puro, sin más ni más, la reserva natural de las Lagunas de Villafáfila es elegida como un lugar "privilegiado" para observar el cielo nocturno. Durante la noche, es difícil vislumbrar desde allí las caóticas luces que dan vida a la urbe y, si se levanta la vista al cielo, hay quien dice que "invaden las estrellas" como si fueran a llover sobre aquel que osa mirarlas. El cielo sobre la zona de Villafáfila es uno de los más limpios y amplios de España para practicar el bello arte de deleitarse con los astros.

Ruta nocturna por los miradores

Otra forma de dejarse seducir por las luces que encienden el cielo de la ciudad es hacer una ruta nocturna por los distintos miradores que pueda albergar cualquier villa de la provincia.

Por la capital, los noctámbulos pueden optar por dar un paseo a lo largo del casco histórico de Zamora, siguiendo el curso fluvial, y asomarse, de uno en uno, a los miradores de la cuesta del Pizarro, al de San Cipriano o al del Troncoso. Además, la satisfacción puede ser doble si se mira hacia el cielo y después se baja la vista para contemplar el reflejo brillante sobre las aguas calmadas del padre Duero.

En la villa benaventana puede recorrerse otra ruta, pero esta vez, con paradas en el mirador de la Mota, en el de la Sinoga y, por último, en el del Río. También en Toro el paseo nocturno permitirá contemplar cielo y agua si se apoyan los brazos sobre la baranda del mirador que discurre por el paseo de El Espolón o desde la zona del Canto, donde uno también puede asomarse al Puerto de la Magdalena.

Los Arribes del Duero es otra opción para contemplar la bóveda celeste. Los miradores de el Torojón y el Castillo, en Fermoselle, o el mirador de las Fallas y el del Fraile son otras buenas zonas para disfrutar de la postal que ofrece el firmamento en plena naturaleza.

Acampar y dormir bajo las estrellas, pararse a observarlas desde un lugar preparado con instrumental o pasear bajo ellas y asomarse a mirarlas en ciertos puntos de la provincia son las alternativas que se le ofrecen al espectador. Optar solo por una o por todas ellas, una a una, es ya una elección personal.