Angelina Alonso presenta en la Encarnación una amplia exposición de cuadros realizados en esmalte al horno

-¿Cómo volvió a tomar con fuerza esta afición?

-Las circunstancias actuales me obligaron a cerrar mi negocio y como con mi edad es prácticamente imposible encontrar trabajo opté por volver al esmalte al horno. Descubrí esta técnica hace más de 30 años dado que asistí a los cursos que impartían en la Junta. Aprendí pintura, dibujo y esmalte al horno, al que me aficioné tanto que uno de mis hermanos incluso me trajo un pequeño horno desde Alemania. Me piqué a hacer estas piezas que cuecen de entre 600 y 1000 grados centígrados. Es un trabajo que se hace con polvo de cristal y unas placas de cobre, que limpian y preparan, sobre las que sitúan sucesivas capas hasta lograr el dibujo que tienes en el dibujo y el colorido que desean que nada tiene que ver con la pintura tradicional.

-Tras cada uno de los 45 cuadros hay muchas horas de dedicación.

-Realmente son muchas muchas horas. Tras cada pieza puedes estar desde una semana hasta un mes porque son muchas fases las que son necesarias para que esté listo.

-Las piezas que presentan son pequeñas.

-Es debido al tamaño del horno que condiciona el trabajo que puedas realizar. Yo tengo dos hornos, aunque en la sala muestro tres tamaños. Muchos son copias de cuadros muy conocidos de pintores muy famosos, muchos de ellos impresionistas, porque tomar obras realizadas me facilitaba el trabajo cuando disponía de menos tiempo. No obstante en estos cuadros yo he realizado modificaciones de color o lo he adaptado al esmalte. Posteriormente he ido incorporando fotos mías y también obras mías.

-Realiza un guiño a Zamora.

-Sí, he querido que estuvieran presentes elementos muy de la ciudad como son la imagen de la Virgen de la Soledad y el Puente de Piedra así como rincones muy bellos de la provincia, como es el caso de la comarca de Sanabria.

-¿Dónde se encuentra más cómodo cuando utiliza copias o crea a partir de fotos realizada por usted?

-Cuando creo sobre mi planteamiento, pues tienes que pensar cómo vas a poner los colores, primero los más duros luego los más claros... pues no se pueden mezclar las tonalidades, ver cómo reacciona tu propuesta cromática en el horno. Hay que tener presente muchas cosas en cada cuadro. Las piezas que exhibo están realizadas a los largo de varios años, por lo que el público puede apreciar mi evolución dentro de la misma técnica. Paulatinamente vas aumentado las líneas de trabajo e intentas mejorar cada vez más.

-¿Estas obras son fáciles de comercializar?

-Ahora mismo no es fácil absolutamente nada, pese a que es artesanía pura y dura. Los materiales son muy costosos y difíciles de conseguir. Antes los conseguía en Valladolid, pero ahora o bien lo traigo de Madrid o desde el extranjero, dado que las cantidades que adquiero son grandes.

-¿Ha pensado dedicarse a la docencia de esta técnica?

-Sí, pero la vida te lleva por caminos a veces imprevisibles. Además al ser un material caro la gente no está dispuesta. Cuando efectué la exposición en Moraleja del Vino me brindaron todo tipo de facilidades para poder poner en marcha un grupo y sin embargo no salió. Es un trabajo precioso y apasionante y así intento transmitírselo a la gente.

-¿Hace falta tener alguna cualidad para hacer piezas como las que usted realiza?

-Por mi experiencia creo que simplemente te tienen que atraer y gustar las manualidades y tener grandes dosis de paciencia. Físicamente se fatigan las manos, pues tienes que ir haciendo el dibujo de manera muy minuciosa y poco a poco, pero es una técnica que te pica y quieres ver cómo sale lo que has introducido en el horno. Analizas si lo tienes, rectificas volviendo a meterlo siempre y cuando te lo permitan los materiales. Personalmente esta práctica me relaja mucho y me da muchas alegrías y al igual que el resto de manualidades es algo que recomiendo a la gente.

-Desde su punto de vista ¿es una técnica muy conocida?

-El esmalte al horno existe desde tiempos antes de Cristo y se encuentra en los cofres que hay en las iglesias. Ha habido etapas de auge y luego de retroceso como actualmente. Ahora parece que una técnica artística que ha quedado apartada quizá por los costes.

-Tras Zamora ¿expondrá en algún lugar más?

-Primero quiero acabar con esta muestra que personalmente me parece importante y tras ver cómo ha salido ya me plantearé. No obstante, me han propuesto exponer en Madrid y no lo descarto.