El artista Alfonso Bartolomé vuelve a exponer en la ciudad tras casi una década de ausencia. En la muestra retrospectiva que durará tres semanas, del 13 de marzo al 1 de abril en la galería de arte Espacio 36-Ángel Almeida, se podrán contemplar unas 40 obras de todas las etapas creativas de este hombre que el pasado año realizó el cartel anunciador de la pasada Semana Santa de la ciudad o del Festival de Flamenco.

En la exposición convivirá el dibujo en grafito, en sanguina, con óleo sobre tabla y sobre lienzo, entre ellos varios Cristos o cuadros centrados en Sanabria, junto con dos esculturas, en materias como hierro y cobre. "Muchas de las piezas que podrán verse son inéditas, como dos bodegones de reciente creación, junto con obras más antiguas pero que nunca se han exhibido", desgrana el galerista Ángel Almeida, quien de Bartolomé, entre otros aspectos, resalta "su elevada calidad como dibujante" como se podrá apreciar en los retratos realizados a "El Poto" o a una gitana sin pasar por alto unas minuciosas láminas de anatomía.

La retrospectiva, que contará con un extenso catálogo en el que habrá firmas vinculadas a las artes de la ciudad gracias al apoyo de Caja Rural y de la Diputación, permitirá a los zamoranos descubrir la producción de un artista que "siempre ha estado vinculado a la plástica castellana y a la ciudad de Zamora, tanto a su Semana Santa como a su paisaje, y que ha apoyado de manera decisiva la etnografía", detallan desde Espacio 36.

Alfonso Bartolomé nació en Palencia en 1941, aunque siendo un niño vino a Zamora. Cuando estudiaba en la escuela de San Frontis ya manifiesta sus dotes para el dibujo. En el curso 1959-60 se matricula en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, por libre. Un año más tarde aprueba el ingreso en la Escuela de Bellas de San Carlos de Valencia, para cuyos estudios logra una beca por parte de la Diputación de Zamora. Tras estar dos ejercicios en la capital del Turia se traslada a Madrid, a la Escuela de San Fernando, donde se licencia. Durante este período alterna los estudios con la decoración de carteles y el estudio del escultor zamorano Higinio Vázquez, donde se introduce en el ámbito de la vidriera.

En 1966 se instala en Zamora y realiza la vidriera y los mosaicos del convento viejo de las Madres Benedictinas así como las vidrieras de la capilla nueva de esa misma orden. También ejecuta las de la iglesia de San Frontis o la existente en el salón de actos y entrada principal del instituto Maestro Haedo. Catedrático de Artes Aplicadas y Diseño, ejerce como profesor de dibujo del Claudio Moyano, la Escuela de Magisterio y la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios, actual Escuela de Arte y Superior de Diseño, que llega a dirigir en varios períodos. Sus obras han formado parte de más de una veintena de individuales y más de 70 de colectivas.

De él se ha dicho que tiene "la intensidad de una melodía popular, solo dulzaina y tamboril, difícil de ser captura si uno está falto de sensibilidad" o bien que "se trata de un artista cuya pintura nace de un sentimiento auténtico que gusta de una obra de color, cálido y vitalista, que plasma con pincelada enérgica y textura casi táctil". El maestro retorna expositivamente a su ciudad.