Frente a la oscuridad buscada por las iglesias románicas para favorecer la atención en el culto religioso, los nuevos arquitectos del gótico idearon un sistema para recrear un espacio irreal en el interior de nuevos templos, más esbeltos y ligeros. Vidrios de colores tamizaban la luz del exterior para dar vida a un mundo sagrado. Así nos lo enseñaron las grandes catedrales del entorno de París y, más tarde, extraordinarios ejemplos en el territorio nacional como León.

Esa suerte de "magia" es la que conocieron ayer varios niños zamoranos a través de una actividad organizada por el Museo de Zamora para el público familiar. Los pequeños se afanaron en realizar composiciones con papeles de colores sobre cartón para descubrir si el milagro de esa luz que adquiere tonalidades nuevas existe. Claro que, en lugar de dibujar motivos relacionados con la Iglesia, actualizaron la temática con aspectos más de ahora, donde no podía faltar, por ejemplo, el fútbol.

Los aprendices de vitralistas practicaron a las órdenes de Chachi&Chachi, responsable de una iniciativa cultural pensada para aplicar la técnica del "esgrafiado" entre jóvenes de cinco a doce años acompañados de un familiar.

Amando Casado

El Museo de Zamora acogió también este domingo una actividad relacionada con la exposición temporal de fotografía de Amando Casado. El encuentro tuvo lugar en la sala de exposiciones temporales del Palacio del Cordón junto con breves visitas guiadas. Los asistentes han podido experimentar, con la ayuda de cámaras personales, con la fotografía y la luz a través de un experimento participativo.

La iniciativa forma parte de la programación del Museo de Zamora, dependiente de la Junta de Castilla y León, para jóvenes y adultos. Se unen a las visitas guiadas de la colección permanente de una de las exposiciones más interesantes de la ciudad. Fotografía, luz y vidrieras, protagonistas de este fin de semana en la plaza de Santa Lucía.