Hace unos días el cantautor zamorano Miguel Álvarez se alzaba con el premio del público del Festival FACYL celebrado en Salamanca. Se trata del último reconocimiento a la brillante carrera del artista local, que hace ahora un año inició su último proyecto, "Inadaptado".

-Era la primera vez que se presentaba al FACYL. Se puede decir que llegó, cantó y triunfó.

-Además me presenté casi de casualidad. Me lo comentó veinte días antes un compañero del grupo y me pareció muy interesante porque el festival tiene una imagen exterior muy importante a nivel nacional aunque se adscriba a Castilla y León. Tiene un lenguaje visual muy atractivo y un marketing muy bueno, ya que consiguen que todo lo que hacen aparezca en todos los medios y páginas musicales nacionales. Participé sin ninguna pretensión, la verdad.

-Además, había una representación muy importante de grupos zamoranos.

-Desde la organización del festival en Valladolid en este caso, como desde la de otros certámenes a los que he ido a nivel nacional siempre destacan el buen nivel de los grupos de aquí y se llevan las manos a la cabeza porque es verdad que estamos copando las finales de muchos festivales y concursos. A mí me lo han comentado ya varios organizadores de certámenes y eso es un orgullo para todos los que hacemos música aquí.

-Sin embargo, su proyecto es el que se llevó el gato al agua. Y se llevó el premio del público, no del jurado.

-Conseguir ese reconocimiento es genial. En lugar de ser la valoración de una actuación puntual es más bien el reconocimiento del trabajo hecho a lo largo de muchos años. Me siento muy arropado por muchísima gente tanto cuando toco con Insomnio como cuando lo hago solo como cuando subo mis canciones a YouTube. Es verdaderamente reconfortarte ver que la gente disfruta.

-Ahora mismo compatibiliza tres espectáculos: "Inadaptado" solo, "Inadaptado" con banda e Insomnio. ¿Es muy distinto el tocar en cada uno de los tres proyectos?

-Totalmente. Yo tengo dos espectáculos para teatros, uno más grande y otro más pequeño, el espectáculo para los bares a los que voy yo solo y los conciertos de Insomnio en verano. Cada cosa responde a la necesidad de cada momento y a una inquietud interna diferente. A veces cuando estoy haciendo versiones de rock con Insomnio me entran ganas de hacer algo de formato más pequeño y cuando tocas en acústico te apetece tocar en eléctrico. Inadaptado nace como un impulso interior de dar salida a canciones mías sin responder a influencias externas o tendencias, como un capricho.

-Como cantante, ¿cuál prefiere?

-No podría elegir. Ahora mismo estoy en el momento de mi vida en el que más estoy disfrutando de la música. Primero, porque siento el calor de mucha gente que me anima a hacer cosas en todos los proyectos. Es todo positivo porque me centro en disfrutar de lo que hago, no tengo una ambición ni un anhelo más allá del contacto con la gente en los directos o de la grabación de algunos temas en los locales. El formato banda es más rockero, y además lo comparto con muchos de los miembros de Insomnio con los que llevo quince años y con los que he tocado más de 500 conciertos.

-Con ellos ha montado los locales en los que ensaya una buena parte de los grupos de Zamora.

-Nuestra relación es también personal, porque todos nos conocemos incluso de antes de empezar el grupo. Invitamos a todo el mundo a los locales. Estamos intentando alojar a todos los que quieran desarrollar actividades culturales: músicos, pintores, fotógrafos... Quien lo desee puede ponerse en contacto con nosotros a través de las redes sociales de Hilarama Producciones.

-¿Cuáles son sus proyectos de futuro más próximos?

-Después de verano vamos a presentar un espectáculo que se llama "Impacta súbita luz" que nos encantaría estrenar en Zamora. Es un show con muchísima infraestructura y tecnología, algo muy innovador que se hará en la calle, al aire libre y de gran formato. Es en el proyecto más ambicioso en el que he participado y en el que están implicados muchos zamoranos de empresas de sonido y audiovisuales, músicos... todo proviene de aquí. La base musical está compuesta por mí y sustentada por la banda que forma parte de Inadaptado. Esperamos poder estrenarlo aquí en septiembre. Además, tocaremos el 9 de octubre en el Avalon.

-Además de músico es profesor. ¿Es muy difícil compatibilizar ambas facetas?

-Ambas labores son vocacionales y al final son actividades que te retroalimentan. No sólo no desgasta sino que fortalece. En lugar de estar más cansado estás más fuerte porque haces cosas en las que te involucras y te apasionan.

-¿Cómo comenzó en el mundo de la música?

-Hace muchísimos años. De pequeño estaba muy vinculado a los grupos de teatro de Zamora, componiendo las bandas sonoras que se utilizaban en los espectáculos. Después seguí con otras compañías y empecé a tocar en Insomnio y a hacer mi propia música. También trabajo con editoriales, componiendo canciones para publicidad y para otros artistas que no escriben.

-¿Es satisfactorio componer para otros?

-Para mí sí, porque tienes que escribir poniéndote en la piel de otras personas. Tienes menos presión a nivel compositivo porque no tienes por qué sacar algo con lo que estés de acuerdo del todo o que tú sientas como tuyo. Es una especie de juego en el que tienes que adivinar lo que va a sentir el que la canta. También he disfrutado mucho componiendo para teatro y para publicidad por eso, porque es un trabajo muy creativo en el que te dicen, por ejemplo, "quiero una música que huela a humedad" y tienes que pensar cómo transmitir eso solamente con música.

-¿Lo mejor está por llegar?

-Estoy convencido. Estoy disfrutando tanto del momento al ver lo que tenemos en el horno ya y lo que vamos a hacer que puedo afirmar que así será.