Verdes lechugas, cebollas con aroma y sabor, mermeladas y quesos artesanales, aceite de pipa de girasol e incluso cremas sin parafinas ni parabenes. Una veintena de productores ecológicos de todo Castilla y León promocionaron su género en el primer mercado ecológico, «Ecolivares», organizado por la asociación de vecinos de este barrio y que resultó ser, al menos, todo un éxito de asistencia.

El parque a orillas del Duero fue el escenario elegido para esta original propuesta con perspectiva de continuidad. «En muchos lugares proyectos así han terminado asentándose para pasar a ser una cita habitual», asegura José Martín, de la cooperativa ARAE, asociación regional de agricultura ecológica que aglutina a más de una treintena de productores.

Apostando por este tipo de agricultura desde su puesta en marcha en 2002, el que fuera presidente de la organización, con sede en Zamora, reconoce que la mayor dificultad con la que se encuentran los productores ecológicos «es la venta, por estar al margen de los canales convencionales», al tiempo que demanda una mayor ayuda por parte de las administraciones. «Tenemos muchas trabas y, por ejemplo, a nivel técnico apenas hay ayudas a este tipo de agricultura», lamenta.

Aun así, desde ARAE también se realiza un intenso trabajo por concienciar a los consumidores de los beneficios de esta alimentación. «Nuestros clientes no son, ni mucho menos, los de mayor poder adquisitivo. Nosotros lo que queremos es acercarles el producto sin intermediarios y mentalizarlos de su consumo, pero no es sencillo. La gente tiene que saber que existe esta alternativa y que borre la idea de que es mucho más cara, porque no es cierto», subraya.

De hecho, algunos de los agricultores que se han pasado a lo ecológico reconocen que la principal razón fue «por disfrutar de comer lo bueno». Así lo explica Gregorio Mayoral, quien cultiva garbanzo ecológico en Fuentesaúco, «sin herbicidas, sin fumigar las plantas... es una diferencia muy grande con respecto al garbanzo convencional», apunta. Un producto que ya se ha hecho un hueco en el mercado zamorano, puesto que eran muchos quienes se acercaban ayer a buscar esta legumbre, que ya habían conocido en alguna otra edición de Ecocultura, la feria en la que anualmente se dan cita productores ecológicos de España y Portugal en el recinto de Ifeza.

También viejos conocidos de esa feria son los productores de aceite de girasol con pipas ecológicas, una iniciativa que nace en la localidad burgalesa de Padilla de Arriba. Tras seis años en el negocio, el balance es «totalmente positivo», señala Rodrigo Becerril, agricultor que reserva una pequeña parte de su producción a elaborar este aceite «con un sabor totalmente natural, ideal para ensaladas y repostería», sugiere.

De buen sabor también pueden presumir los quesos de oveja que se mostraban en otro de los puestos, llegados desde la localidad burgalesa de Barcina de los Montes. Isabel Gómez asegura que «ante todo, somos agricultores, pero vinculados a la ganadería para dar un alimento ecológico a las ovejas, que siempre que el tiempo lo permite viven en el campo. Estos quesos están elaborados con leche cruda en vez de pasterizada, lo que le da otro sabor totalmente diferente y lo convierte en un queso absolutamente artesanal».

Los productores participantes en esta primera edición de «Ecolivares» valoran la apuesta desde la asociación de vecinos por los productos ecológicos. «Es muy interesante que haya grupos que fomenten este tipo de consumo y estos mercados que para nada son tercermundistas. De hecho, existen hasta en Nueva York, cuna de nuestro sistema actual», pone como ejemplo José Martín.

El mercado fue ayer el eje central pero no la única actividad programada por la directiva de la asociación, que pensó incluso en los más pequeños, que pudieron plantar sus primeros tomates en un huerto improvisado para la ocasión. El vino, también con el sello de ecológico, se pudo degustar en la sede de la asociación con una cata dirigida y un grupo de alumnos del Conservatorio de Música de Zamora pusieron la banda sonora a esta iniciativa con un concierto. Como colofón, el experto Carlos Palacios, profesor de la facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales de la Universidad de Salamanca, ofreció una conferencia sobre los conocimientos actuales de los productos que se consumen.

«La gente que nos dedicamos a la agricultura ecológica no lo hacemos por una mayor rentabilidad, sino por un convencimiento, un respeto al medio ambiente y porque queremos que los alimentos se libren tanto de químicos como tóxicos. Lo tenemos muy claro y por eso, a pesar de las dificultades, seguimos adelante», resume Martín.