Con absoluta fidelidad al conjunto de su ejemplar filmografía, con casi medio centenar de títulos comprometidos en los que ha ofrecido, sin concesiones de ningún tipo, su visión personal de una serie de conflictos sociales, el británico Ken Loach vuelve a reiterar en esta película su capacidad de análisis, su denuncia de actitudes autoritarias y represivas y, por encima de todo, su homenaje a esos modestos miembros de la clase trabajadora que, con su sacrificio y solidaridad, han permitido la conquista de unos derechos plenamente democráticos.

En esta cinta, que nos traslada de nuevo a su querida Irlanda, como ya lo hacía en El viento que agita la cebada en 2006, reconstruye la figura de James Gralton, un irlandés que tuvo el dudoso honor de ser el único deportado político de su país. Una paradoja terrible que no sólo le obligó, para escapar de la cárcel, a exiliarse a comienzos de los años veinte a Nueva York, sino que también le privó del derecho de establecerse de nuevo en su aldea natal en 1932, cuando regresó de EE UU.

Una historia que se desgrana con la habitual virtud del cineasta para describir unos personajes llenos de vitalidad que se ganan el fervor del público y que están plenamente enquistados, con la música y el baile como principales vehículos. Formó parte de la sección oficial del Festival de Cannes y podría ser, a sus 75 años, el último trabajo de un director que insinuó su jubilación en el certamen francés.

Vinculado al minoritario partido comunista de Irlanda, contactamos con Jimmy cuando, de nuevo en su entorno natal, reinicia su vida y vive la experiencia del reencuentro con su madre, amigos y conocidos. Vive en el condado de Leitrim, en una Irlanda todavía británica, y aunque no lo tenía previsto, reanuda muy pronto su actividad, no sólo la política, también la que conecta con la cultura y tradiciones irlandesas, presionado por unos jóvenes que insisten en abrir un local, el Hall, que lleva cerrado varios años por las autoridades y que fue en su día una especie de foro destinado al diálogo, al baile y al estudio.