El actor Ewan McGregor llegó al Festival Internacional de Cine de San Sebastián como una gran estrella para recibir el Premio Donostia a toda una carrera, plagada en las dos últimas décadas de destacadas interpretaciones en el cine, televisión y teatro. Recibe el galardón, por cierto, con cierta precocidad al ser el más joven en lograr dicho premio en un certamen que está de aniversario al cumplir 60 ediciones.

En realidad, el intérprete de títulos como "La Isla" (2005) o "El Escritor" (2010) llegó con el objetivo principal de promocionar 'Lo imposible', aunque nunca viene mal que te reconozcan una carrera notable en un festival de cine como el de Donostia "cuya energía no ha sentido igual en otra parte del mundo" y que ya pudo comprobar cuando vino a estrenar "Moulin Rouge" (2001).

Eligió trabajar en este título español por la calidad del guión, "de notable simplicidad y de brutal honestidad", por el buen trabajo realizado por su director en su primer filme "El Orfanato", y por la propia naturaleza de poder interpretar a un padre. Y desea recalcar el actor, famoso mundialmente por su papel de Obi-Wan Kenobi, que la superproducción "'Lo imposible' representa al cine español en un mercado internacional" por mucho que su protagonista sea escocés y se haya rodado en inglés. El intérprete, que dice sentir el mismo "vigor" y "energía" al enfrentarse a un papel ahora como cuando lo hizo hace 15 años en 'Trainspoting' (1996), se deja llevar por las historias, lo guiones, al seleccionar una película. "No decido llevar una carrera más americana o europea, me dejo llevar por los guiones que me van llegando", aduce el actor, cuyas aficiones más conocidas y llamativas se encuentra en el motociclismo, pues de hecho en la miniserie 'Long Way Down' documenta su vuelta al mundo en moto.