Elegido entre más de mil cortometrajes, «Los dinosaurios ya no viven aquí» volverá a viajar al extranjero, esta vez al Festival de Cannes, para participar en el Short Film Corner, un espacio profesional orientado a reuniones, intercambio y promoción de estas pequeñas producciones. La obra del zamorano Miguel Ángel Pérez Blanco vuelve a «conquistar» a un festival internacional -ya estuvo en el Mar de Plata- y aunque esta vez no sea para participar en ninguna sección oficial, Pérez Blanco espera poder conseguir su propio premio. «Vamos con la intención de buscar una coproducción con Francia para sacar adelante mi primer largometraje», adelanta el zamorano, que viajará con su compañero Luis Gómez Juanes, con quien ha escrito el guión. La protagonista, una joven francesa que regresa a España para acudir a la boda de su padre en un pueblo «indeterminado», aunque con claros rasgos zamoranos, ya que la historia se enmarca en Semana Santa, puede ser el «gancho» perfecto para buscar apoyos en Cannes. «Es una buena oportunidad, porque el proyecto puede interesar allí», espera.

Con ese ambiente, Zamora tendrá un protagonismo especial en esta producción, que esperan sacar adelante el próximo año. De hecho, ambos guionistas estuvieron esta pasada Semana Santa en la capital para estudiar distintas localizaciones. «El ambiente que se vive esos días en la capital es muy difícil de describir, pero espero estar a la altura», aspira el cineasta.

Sobre la historia, el director adelanta que la atmósfera es similar a la de «Los dinosaurios ya no viven aquí», aunque «con un tono mucho más oscuro. La idea es retratar a una España goyesca, subterránea, que parece emerger ante determinados ritos y tradiciones, como es el caso de la Semana Santa». El zamorano intentará compaginar este ambiente con otros rituales «propios de mi generación, como son las "rave" y las fiestas de música electrónica». De esta manera combinará en este largometraje lo mítico y lo religioso con lo pagano y el espectáculo. «Todo esto, además, desde la mirada de un personaje europeo, la chica francesa que vuelve a su ciudad natal en busca del demonio».

Un último apunte que Pérez Blanco aleja, sin embargo, del género de terror. «No creo en los géneros, como tampoco creo en el cine social, porque entiendo que todo cine lo es por su propia naturaleza. Busco la realidad y con ella establecer un vínculo con la ficción», explica. Por ello también reconoce que quizá su cine «resulte extraño» para el gran público, aunque añade que «encaja bastante bien en festivales internacionales», como es el caso de Cannes.

Sobre esta nueva experiencia, agradece «la oportunidad de poder establecer un diálogo con otros cineastas, pero también con productores, distribuidores y programadores», enumera. Una labor que también tiene que estar en la agenda de un cineasta. «Con el paso del tiempo te das cuenta de que hacer cine no es solo filmar un plano e ir a festivales se convierte en algo necesario», finaliza.