La provincia finaliza el año a la cabeza de Castilla y León en la producción de setas acogidas a la marca de calidad regional. Lo dicen los datos de la campaña tras la reciente puesta en marcha del sello distintivo, estampado en 18.000 kilogramos del producto natural (sobre todo boletus), un cifra que coloca a Zamora por encima de su inmediato seguidor, Soria.

Desde el proyecto regional Myas RC -que en Zamora impulsa la Diputación con una aportación de unos 100.000 euros los dos últimos años- subrayan que la mayoría de los hongos comercializados fueron entregados a las fábricas por recolectores zamoranos, el 83% en concreto, como se deduce de la expedición de los permisos obligatorios por parte de los municipios titulares de los montes.

En este sentido, en los territorios regulados pertenecientes a 14 municipios de Aliste, Tábara, Sanabria y La Carballeda, se expidieron el pasado otoño 472 licencias para la recogida de hongos silvestres. Alcañices es el ayuntamiento que más permisos concedió a lo largo del otoño, con casi un centenar de licencias pese a su reciente adhesión a la zona regulada de Aliste. Este dato es «positivo» para los técnicos si se tiene en cuenta «la escasa población de la zona regulada y, sobre todo, porque tampoco éste ha sido aquí un buen año de producción micológica».

El aspecto positivo de esta recolección reside, explican desde la Diputación, en su enfoque a la comercialización, dado que presta un apoyo al aprovechamiento económico por parte de los vecinos de los montes productores. No obstante, cabe citar el «profundo malestar en muchos recolectores», debido a que la crisis económica y a la disminución en el consumo, que han hecho bajar los precios de mercado del producto micológico, por lo que algunos han optado por no salir al monte y esperar campañas más bondadosas para boletus y, sobre todo, níscalos.