Niños y jóvenes de Zamora ya disfrutan de las actividades del Verano Joven que se sucederán a lo largo de julio y agosto. Una iniciativa que organiza la Concejalía de Juventud con el fin de que el verano en la ciudad se aproveche para aprender y para divertirse. El taller de cocina creativa forma parte de la oferta desde hace varios años, y puede presumir de tener una buena acogida.

Mar Marcos, cocinera y profesora durante este verano, hace hincapié en el objetivo del taller: "intentamos que estos chicos, aprendan nociones básicas para desenvolverse en la cocina y sobre todo que pierdan el miedo a intentarlo".

"Es sorprendente la cantidad de platos que se pueden hacer con los mismo ingredientes", comenta Jenny García, inscrita en el taller. "El primer día elaboraron un pisto de verduras del que posteriormente preparamos 12 platos diferentes". Unos conocimientos que, sin duda, les servirán en el futuro, ya que no solo es fundamental manejarse en la cocina, sino saber que se puede y se debe comer sano y variado. "Los chicos le están poniendo muchas ganas y son realmente creativos" afirma la profesora. Alejandro Fernández, otro de los alumnos del taller está satisfecho con lo que ha aprendido, ya que "son platos que luego se pueden preparar en casa" y así sorprender a padres y amigos. "Hasta ahora solo había aprendido un par de recetas en vídeos tutoriales. Es mucho mejor en persona, se aprende más y se disfruta del buen ambiente entre los compañeros".

María Marcos, otra de las participantes, repite el taller por tercera vez. Está cursando un Grado Medio de Cocina y aunque ya sabe cocinar dice que le encanta "preparar recetas y seguir perfeccionando la técnica". Ese entusiasmo es sin duda la atmósfera que cubre el taller y permite que los platos, según afirman, salgan a pedir de boca. Asimismo se sorprenden de lo sencillo, rápido y económico que puede resultar cocinar platos acordes con una dieta rica en nutrientes y que además tenga buen sabor.

Atentos a las explicaciones de la profesora, los jóvenes preparan las recetas y aprenden trucos culinarios. "Es muy importante dejarles libertad, corregirles si se confunden, pero permitir que experimenten", aconseja Mar Marcos.

Mousse de chocolate blanco con crema de melocotón, tostas de nocilla con sal y aceite, o pimientos rellenos de tortilla de patatas, son algunos de los platos que 20 jóvenes de entre 16 y 26 años aprenden a cocinar durante los cuatro días que dura el curso. Un taller que muchos repiten y donde otra de las cuestiones fundamentales es comprobar el resultado con una exquisita degustación que todos al final de la clase esperan impacientes.