Opinión | Lo común

Aguantó

Pedro Sánchez durante la entrevista en TVE.

Pedro Sánchez durante la entrevista en TVE. / EFE

Pedíamos la semana pasada que Pedro Sánchez no se fuera, que aguantara, y tras cinco días de meditación eso hizo. Lo cual no impide que uno se quedara tan sorprendido como la inmensa mayoría. Porque nadie dio o dimos ni una. Unos decían que se iba, otros que se quedaría pero pidiendo moción de confianza en el Congreso, otras apuntaban a que no podía seguir sin anunciar una buena batería de iniciativas para regenerar la vida política… Bueno, pues ni lo uno, ni lo otro, ni lo de más allá. Simplemente dijo vuelvo y se puso a la tarea, sin demasiada explicación.

Asombro al margen, fue un alivio. No para todos, claro. La oposición y sus círculos habían puesto el espumoso a enfriar. Y muchísima gente de a pie que de buena fe se traga los continuos bulos y campañas de desinformación contra él y su gobierno seguro que también se cabreó. Lo siento por todos ellos y en especial por estos últimos. Pero hubiera sido pésimo para nuestra salud democrática ver caer a un presidente, que acaba de revalidar mandato, no por errores de gestión o mediante la obligada censura en el Congreso, sino por la basura que le lanza sin descanso la desnortada oposición y una seudo prensa digital que no vive de sus lectores sino de las subvenciones que le caen "del cielo", con la oportuna ayuda a veces de este o aquel procedimiento judicial.

De esa vergüenza nos hemos salvado de momento. A mi me parece bien, perfecto, que don Alberto quiera gobernar y que considere un desastre cada día que pasa sin que eso suceda. Pero eso no le da derecho, ni a él ni a nadie, a obviar los procedimientos democráticos para conseguirlo. Y eso pasa por salir investido por la soberanía popular del lugar donde reside, el Congreso de los Diputados. Ser el más votado no es suficiente, porque así hicieron ellos, los políticos, la norma. Como se fían lo justito de nosotros, los de abajo, nunca nos han dejado elegir directamente al presidente, ni al baranda autonómico, ni siquiera a nuestro alcalde o alcaldesa. Todo son elecciones indirectas, no vaya a ser que el pueblo decida por donde ellos temen. Y no me vengan con que la oposición no buscaba atajos y que todo es culpa del irresponsable Sánchez. Todos sabemos adonde lleva la guerra sucia y el constante acoso, incluso personal y familiar, a los gobernantes. En Portugal acaba de haber un cambio de Gobierno cuando no tocaba, por una acusación que ha quedado en nada pero lo provocó.

Mañana criticaremos a Sanchez cuanto haga falta. Pero es bueno para todos que haya aguantado el tipo ante tanto y tanto ataque sin tino ni justificación. La democracia no es tan fuerte como nos pensamos y tiene cada vez mas enemigos. Ojo.

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