El Monte Coto de Venialbo se convierte en un punto de encuentro con la llegada de la primavera y del buen tiempo. Una tradición que ha comenzado desde el pasado Domingo de Resurrección y que se prolongó al Lunes de Pascua, con sendas jornadas de convivencia en las que los vecinos se reunieron con familiares y amigos para comer en el campo y pasar el día.

Hasta este paraje natural cada año se acercan un mayor número de vecinos de las localidades cercanas en un concurrido encuentro comarcal entre localidades como El Pego, Villabuena, San Miguel de la Ribera, Guarrate, Bóveda de Toro, El Piñero, Argujillo Fuentespreadas o Valdefinjas.

Aunque este año la meteorología no ha acompañado, «no ha sido un impedimento para cumplir con la tradición, aunque con menos participantes que otros años», según reconoce el alcalde de Venialbo, Jesús Vara. Tras la merienda en el campo, los vecinos decidieron trasladarse a alguna de las numerosas bodegas existentes en la localidad.

Una vez finalizada la Semana Santa, las encinas y pinos de este monte acogen cada fin de semana a familias al completo que aprovechan el buen tiempo para disfrutar de una jornada en el campo, donde no dudan en trasladar todo lo necesario, desde mesas y sillas, a toldos y todo tipo de enseres.

Además de un punto de encuentro y de convivencia, el monte también es una importante fuente de recursos económicos para la localidad. El paraje cuenta con 995 hectáreas, de las que cerca de 400 se habilitan para el laboreo agrícola mediante el cobro de una módica cuota. La subasta de pastos y de licencias de caza también reporta unos notables ingresos, a los que se suman el reparto de leña entre los vecinos.