"No hay mal que por bien no venga", la crisis económica ha supuesto que el síndrome postvacacional desaparezca en nuestro país. Nos encontramos en una época en la que el trabajo "es un bien escaso", por lo que volver a incorporarse a las ocupaciones diarias se afronta con ilusión y ganas, así lo explica la psicóloga zamorana María Teresa Riveras.

La gente vuelve al trabajo "contenta y con ganas de empezar de nuevo", algo que no ocurría en época de bonanza. La especialista añade que "el estrés lo podemos controlar a través de nuestra mente", debemos evitarlo organizando los planes y ocupaciones a la hora de volver de vacaciones. Si se acumulan tareas como "preparar la vuelta al cole, ordenar ropa, hacer compras?" no será positivo.

Para afrontar el inicio del trabajo, la mente va preparándose de forma progresiva, aún así existen muchas personas que necesitan desconectar y mentalizarse de forma paulatina.

Es conveniente desarrollar alguna actividad de ocio o deportiva que sea compatible con el trabajo para que no sea tan brusco el cambio. De cara al otoño, en Zamora existen múltiples planes centrados en uno de los mayores atractivos de la provincia, los espacios y parques naturales que, con la inminente llegada de la nueva estación, cobran un atractivo especial.

El agua como "fuente de vida"

Los romanos ya utilizaban los baños públicos y las termas como una opción de relajación y reunión. El agua siempre fue uno de sus mejores aliados y hoy en día continúa siéndolo como fuente de inspiración, revitalización y eliminación de tensiones.

Las cascadas en otoño tienen un atractivo especial, el colorido de la naturaleza, la tranquilidad que se respira y el sonido del agua, la convierten en un lugar idílico. Un buen ejemplo son las de Sotillo que constituyen uno de los rincones más emblemáticos de Sanabria. Su belleza paisajística junto con la sencilla accesibilidad la han convertido en una de las rutas más visitadas.

El trayecto, de 6 kilómetros de longitud, es una de los más frecuentados por familias y por aficionados al senderismo puesto que no es difícil acceder. El pueblo de Sotillo marca el inicio, tras cruzar el puente del río Truchas arranca la subida a la pendiente, poco después se comienza a escuchar el agua de la cascada y finalmente se llega al paradisíaco destino. Lo más espectacular del salto es el lugar en el que está ubicado pues se encuentra en un entorno alejado donde reina el silencio y la naturaleza virgen.

Sendas a la orilla del Duero

Hacer ejercicio contribuye a reducir de forma notable el estrés y la ansiedad, además, las rutas son un estímulo garantizado para la mente.

La localidad de Almaraz de Duero propone cuatro trayectos diferentes con los que disfrutar y relajarse observando toda la belleza del paisaje y del río.

La primera ruta es la de "La Ribera del Duero"; cuenta con 4 kilómetros para descubrir el río y sus contrastes. El atractivo principal es el puente de Joyalada del siglo XVIII, un antiguo molino con su aceña y un río que da inicio a los Arribes del Duero.

La segunda senda, "Ermita de San Pelayo", parte de Almaraz con dirección sureste, tras casi 3 kilómetros y continúa el camino del Relevo, donde aparece una colina rocosa con imponentes vistas al Duero. En la parte superior se hayan las ruinas de la Ermita de San Pelayo así como restos de un claustro celta esculpidos en roca.

Otro trayecto es "Las cascadas de las Pilas", parte de Almaraz para iniciar la caminata de 4 kilómetros que culmina tras llegar al río y encontrar las imponentes "Cascadas". El paisaje a observar serán unas edificaciones en ruinas pertenecientes a un antiguo poblado minero.

La última es "La ruta de las minas"; un trayecto de cerca de 6 kilómetros donde se ubican galerías con gran actividad minera. En esta ruta, se pueden elegir varias opciones diferentes para adentrarse en las galerías.

Bosques milenarios

Los bosques son otros de los lugares para perderse y desconectar del día a día que ofrece la provincia zamorana.

El "Bosque de la Alcobilla" se encuentra situado en una explanada elevada entre los pueblos de San Justo, Coso, Rábano y Barrio de Rábano. Está formado por una pequeña arboleda de castaños cuya edad oscila entre los 400 y 500 años que aparecen entremezclados con otras especies autóctonas de la comarca como acebos y robledales. Cuenta la leyenda que este lugar de raíces celtas es mágico y los visitantes se abrazan a los árboles para recargarse de la energía que desprenden.

El "Bosque del Tejedelo"; en Requejo de Sanabria, es un emplazamiento natural milenario, los tejos son el principal atractivo de esta ruta. Estas especies arbóreas son inmensas, llegan a alcanzar hasta 20 metros de altura. Además, son muy longevos, pudiendo superar los 1.500 años de vida, pero de crecimiento muy lento. En otoño, los árboles tienen un fruto maduro color escarlata intenso que es inocuo, aunque las hojas, ramas, flores y semillas sí que resultan ser tóxicas.

La tradición histórica de este bosque lo ha relacionado con diferentes pueblos: los celtas lo veneraban, los romanos lo utilizaron como elemento curativo y también como veneno, los bretones construyeron con su madera los más preciados arcos y en el propio pueblo de Requejo sus ramas engalanaban el pueblo el Domingo de Ramos.

La berrea del ciervo

El silencio de la Sierra de la Culebra se ve interrumpido por la llamada de los ciervos. Durante la berrea, a finales del mes de septiembre y principios de octubre, todo el territorio sufre un cambio: desaparecen las cortezas de los árboles porque los ciervos han frotado sus cornamentas contra ellos para quitarse el terciopelo que las recubre; la tierra está levantada, debido a que han orinado para marcarla; el resto de los animales están avisados, porque los ciervos berrean continuamente al aire y a las hembras para ahuyentar a los otros machos.

Desde cualquier punto cercano a la Sierra de la Culebra se pueden escuchar estos característicos sonidos, ver a los ciervos es un aspecto más complicado debido a que se encuentran en pleno apareamiento, aunque a través de los prismáticos desde una zona prudencial se podrá avistarlos.

Tras este ritual, las hembras están preparadas para concebir. Unos meses más tarde, nacerá un cervatillo, que no se separará de su madre hasta el siguiente parto. Los machos, por su parte, volverán al bosque a pasar solos el invierno.

Es una buena opción para disfrutar de la belleza de la Sierra de la Culebra dando un paseo o llevando a cabo una ruta por la misma, y a su vez escuchar los sonidos emitidos por los ciervos.

Todos estos planes son diferentes alternativas para enfrentarnos al trabajo del día a día, aunque la mejor medicina siempre es ser optimista, positivo y afrontar cada momento sonriendo y con alegría.