Vasco conoce a andaluza. El joven viaja con su madre a Sevilla, y en la plaza de España, tenía que ser la plaza de España, conoce a la chica de malas maneras. La madre sale del País Vasco como quien va a la jungla -para mí, dice, de Burgos para abajo todo es África-. La madre, en el viaje del Imserso, se ve obligada a participar en «lúdicas» actividades para entretener a los viejos. Hace de gallinita ciega.

Su hijo se despista mirando el culo de una camarera racial, como todo lo sureño, y la mamá se despeña por unas escaleras. Al hospital. ¿Quién es la enfermera jefe? La chica de la plaza de España, como es natural. Y ahí comienza el tira y afloja, el «choque de culturas». El vasco es de pura cepa, Jon Plazaola, andá la hostia. La andaluza es de Sevilla, María León, ay qué arte tiene la joía. Ambos forman parte de Allí abajo, que en nada estrena Antena 3. ¿A qué le suena todo esto? Así es. A Ocho apellidos vascos, donde vasca conoce a andaluz. Véase que no es lo mismo que vasco conoce a andaluza.

El «choque de culturas» fue la chispa que saltó por miles de cines de este país provocando risas hilarantes, haciendo de los tópicos de identidad patria un material cómico por el que el amor saca la cabeza. O sea, lo que pasará a regañadientes en Allí abajo. Sin embargo, en el FesTVal de Murcia, donde se estrenó a teatro lleno, los responsables de cadena y productora quisieron dejar claro que la serie nada tiene que ver con la película. Parece que son los únicos que no ven las similitudes.

Pero de verdad que eso es lo de menos. El público del estreno se lo pasó en grande y aplaudió con ganas. Es posible que este «ocho apellidos vascos» sea la comedia que estaba necesitando Antena 3.