Antena 3 se zampa a La Sexta. Falta hacía. A ver si así Antena 3 le baja los humos al seis hexagonal ese raro y lo pone en su sitio. Dirán que La Sexta seguirá siendo lo que es, pero espero que no. Espero que pase como cuando Telecinco se tragó Cuatro, que lo presentaron como la formación de una bonita familia bien avenida, pero de eso nada: Telecinco es desde el primer día el capo que lleva las cuentas, ordena y manda.

Es que no puede ser. Desde que La Sexta empezó a emitir en septiembre la nueva temporada de «Salvados,» lo peta. Cada domingo parece que Jordi Évole lo hace tan bien que la semana siguiente podrá volver con más, pero no mejor porque es imposible (sí, también a mí esto me suena de algo). Pero el domingo siguiente vuelve y lo hace aún mejor. Y los espectadores lo flipamos.

Y el programa dobla la media de audiencia de la cadena. Y las redes sociales echan humo. Y cuando los amigos comentan la actualidad televisiva, primero se quejan de lo mal que están las cosas, pero luego ya se acuerdan de lo bueno y siempre acaban hablando de lo estupendo de «Salvados», de lo acertados que son los temas que aborda, de lo esclarecedoras que son las entrevistas, de lo bien que lo hace Évole.

Y, claro, los que hablamos de la tele no tenemos escapatoria y tenemos que volver a decir otra vez que El Follonero es de lo mejorcito que hay en la tele (esta vez con la emisión titulada «La defensa tenía un precio», ay, qué miedo da ver en manos de quién estamos. Si no la vieron, háganse un favor y véanla en lasexta.com).

Así que, igual que Plutón fue degradado de planeta a planetoide, me alegro de que La Sexta deje de ser una estrella con luz propia y sea ya sólo un satélite más girando en torno al grupo Planeta. A ver si le quitan a «Salvados» el pie del acelerador y dejamos de vernos obligados a dedicarle un artículo semanal de rendida admiración, que ya cansa.