Este viernes hay dos estrenos. Uno seguro que lo peta -escribo este verbo en una acepción que no contempla la RAE, que a mí no me gusta, y que viene a decir que algo está lleno o que es un éxito- , y otro seguro que no solo no lo peta sino que se diluirá en la noche de Cuatro, con una de las programaciones más friquis de las generalistas.

El éxito lo tiene garantizado ´Me resbala´, ese programa ligero de tontunas, payasadas, caídas sin cuento, divertimento de saldo y humoristas de cabecera que emitió hace nada Antena 3 y ahora, viendo que algo así podía mirar a la cara a algo aun peor como Sálvame de Pus, ha grabado otra tanda de prisa y corriendo. Volverá a presentar la cita con ese humor infantiloide san Arturo Valls, ejemplo de señor que se ha soltado la melena, ha caído bien, y se ha crecido ante formatos de entretenimiento sin mucha chicha.

El otro estreno, el seguro batacazo, es ´Dreamland´, pensado para un público joven que tendría que ver en el sufrimiento de los bailarines de la academia de Dreamland una guía, un ejemplo a seguir hasta alcanzar sus sueños. ¿Un viernes, y por la noche, un estreno pensado para un público que no llegue a los 30? Mediaset lleva desde 2010 con la serie, o lo que sea, grabado, y solo ahora la lanza.

Digo serie o lo que sea porque el programa mezcla ficción y medio realidad, la de los personajes que salen en ella, gente que tiene que demostrar que por estar en un escenario es capaz de todo. Quizá el viernes tenga que tragarme lo dicho. Mientras, me resbala ´Me resbala´ y me resbala ´Dreamland´.