La 'princesa del pueblo', Belén Esteban, ha vuelto a renovar su trono. La colaboradora televisiva de Sálvame ha sido la ganadora de 'Gran Hermano Vip' y se ha embolsillado nada menos que 100.000 euros.

Con máxima tensión en el plató y tras setenta y cuatro días de convivencia, Jordi pronunció: "La audiencia ha decidido que la ganadora de 'GH VIP' sea... ¡Belén!" Saltó de alegría al comprobar que una vez más lo había vuelto a lograr con un 67,9% de los votos. Después de los esperados besos y abrazos Belén miró a cámara para decir sus primeras palabras como ganadora: "El premio se lo dedico a mi hija, a mi padre y a mí 'Sálvame'". También dijo que lo iba a donar.

Con un 32,1%, Aguasantas se convirtió en la segunda finalista de 'Gran Hermano VIP' mientras que Coman fue tercero con 10,6% de los votos. Santy derramó algunas lágrimas al hablar de su ex, se reconcilió con Víctor y pidió perdón a Olvido. Sin embargo, Coman sobre el caso Olvido se pronunciaba de esta manera: "Aunque sea un concurso, lo primero son las personas".

Risas y lágrimas

Tras 74 días de convivencia en la casa de Guadalix con lloros y risas, rencillas y amistades y estrategias, el programa ha culminado con un gran éxito de audiencia, que a saber si habrá otro programa que consiga rebasarlo. Pese a quien le pese, sin duda alguna todo se debe a la entrada de Belén Esteban, todo un fenómeno para saber como se iba a comportar y como convivía. La de San Blas era el plato fuerte de esta nueva edición.

Nadie se imaginaba al principio de esta edición del 2015, quien iba a terminar sentado en los famosos taburetes del plató en esta final. Curioso es que ha llegado Aguasantas, una chica joven, exnovia del hijo Manuel Cortés, hijo del cantante Chiquetete y de la compañera de Belén Esteban en Sálvame, Raquel Bollo. Manuel y Santi como se la conoce, rompieron y las rupturas ya saben lo que conllevan, dolor por ambas partes. Sin conocerla demasiado y con un pasado contado por la Bollo y su entorno, no la dejaba en muy buen lugar, ha sabido hacerse un hueco sin montar numeritos ni llegar a ser soez, y meterse en la final y acariciar el tan codiciado premio.