'Gran Hermano 16' ha comenzado fuerte. Y es que la decimosexta edición del reality show más conocido de la televisión española, comienza de nuevo a mostrarnos los orígenes del formato y sobre todo, personajes tan peculiares como Maite Galdeano.

La concursante de Pamplona se ha convertido en la primera expulsada de la casa de Guadalix de la Sierra y también en el terremoto que había desestructurado los cimientos de la convivencia entre todos sus compañeros, que la nominaron a mansalva.

Sea como fuere, Maite se ha ganado el cariño para algunos y el eterno odio para otros. Su comportamiento con los hombres pero también con su hija Sofía -participante también del concurso- y su apenas pudor con el sexo -confesando que hasta ha compartido hombre con su hija- no son más que la punta del iceberg de la historia que hay detrás de Maite.

Como bien ha revelado Lecturas esta semana en una entrevista sincera a la concursante de Gran Hermano 16 que cuenta desde como ha vivido la sexualidad con su hija, coquetear incluso con un novio de ella pero sin duda, el relato más escabroso dedicado al maltrato que padeció con su primer exmarido, el cual le propinaba palizas que casi le llevaron a la muerte.

Víctima de maltrato

Con este titular abre la entrevista exclusiva de Lecturas de Maite. Aunque tiene 46, no duda en quitarse años pues la juventud es esa etapa de la vida que no disfrutó debido a su exmarido, ya que a los 14 años él se la robó. A los 16, esta conductora de autobuses se quedaba embarazada, dejando los estudios, quizás uno de los errores que más lamenta pues asegura que era buena estudiante.

"Era cinco años mayor que yo y me dejaba llevar por el en todo", afirma la exconcursante sobre su exmarido. Confiesa que se sentía anulada y él "se convirtió en el dictador de la casa". "El bebía alcohol y llegaba a casa borracho. Hasta que un día me pegó. A partir de ahí me apaleaba. Empezó por un puñetazo y terminó con una paliza que casi me mata", relata con el corazón en un puño para la publicación.

Un día, borracho, la dio una paliza que sería la que daría paso al final del calvario que padecía Maite. "Dios me protegió y pude abrir la puerta. Salí a la escalera magullada, descalza llorando y pidiendo auxilio. Bajé desde el piso 14 hasta que la vecina del primero me rescató. Llamó a la policía".

El fin de la pesadilla

A partir de entonces, decidió que ya era suficiente. Sin embargo, aún quedaría bastante hasta llegar al divorcio. "Se saltó la orden de alejamiento. Me quitó la autoestima. Me sacaba de los pelos a la escalera y me dejaba allí en camisón, muerta de vergüenza, me sacaba a patadas de la cama a las tantas de la madrugada", explica Maite a Lecturas.

"Mi hijo Cristian se daba cuenta de todo, el pobrecito hasta se hacía pipi de miedo cuando veía que su padre me perseguía". Una etapa de su vida superada pero no cicatrizada, porque lamenta que nadie le ha pedido perdón por ello, incluida su exsuegra. A partir de entonces, firmó el divorcio y se quedó con Sofía, la niña de sus ojos. Compartió piso con un nigeriano que según ella, "me hizo ver la luz y me ayudó a recobrar mi autoestima".

A partir de ahí, tuvo otro exmarido, un nigeriano que conoció en Pamplona pero le fue infiel y su matrimonio duró tan solo 2 meses. Quizás, debido a todos estos episodios, Maite no tiene pudor a la hora de disfrutar de la vida y también del sexo, pues a diferencia de aquella época, ahora tiene una autoestima por las nubes.

Su visión del sexo

Esta es una de las frases que pudimos oír en la pasada Última Hora de Gran Hermano 16. Sin embargo, el tener una estrecha relación con su hija en ese sentido, también le ha acarreado muchos problemas. Como cuando el segundo novio de su hija estuvo viviendo con ellas, Maite no dudaba en pasearse en tanga por su casa y el joven le hacía ojitos.

Algo que hizo que su hija se pusiese celosa y se pusiera a llorar. Momento en el que le reprochó: "Estás loca mamá. ¿Cómo puedes hacer esto con mi novio?". La excusa que puso la concursante en ese momento fue que le subió la autoestima pero no era consiente del daño.

Respecto al comportamiento que tuvo con Sofía y sus compañeros de la casa, Raquel y Suso, no tiene más que disculpas. El haber utilizado a su hija como arma arrojadiza para hacer daño a otra mujer a través de la conquista de un hombre es algo que le han reprochado en muchas ocasiones.

"La he criado a mi imagen y semejanza. No quiero que mi hija tenga los prejuicios que yo tenía cuando era jovencita, que sea tan inocente como yo fui", asegura. Eso sí, sigue sin negar que se habría acostado con Suso si le seguía el rollo. Así es Maite, la primera concursante expulsada de Gran Hermano 16 y que se 'desnuda' tras el concurso.