Eurovisión, un festival musical aquejado desde hace tiempo de graves achaques de decadencia, rompe fronteras este año con su primera edición en la explosiva región del Cáucaso: la república musulmana de Azerbaiyán.

"Eurovisión es una fiesta de música de diferentes países, personas y culturas. En Azerbaiyán durante siglos han coexistido en paz y armonía representantes de distintos pueblos", afirmó Mejibrán Alíeva, la primera dama azerbaiyana y jefa del comité organizador.

El lema del certamen que se celebrará el 27 de mayo en Bakú es la tolerancia hacia las diferentes religiones, culturas y tradiciones representada por un país que es un puente entre Oriente (Asia) y Occidente (Europa), y que es un Estado musulmán, pero laico.

Azerbaiyán, país bañado por el mar Caspio y conocido por su riqueza petrolera, logró el derecho a organizar el festival gracias a la victoria el pasado año en Düsseldorf de la pareja Ell/Nikki.

Desde entonces, los azerbaiyanos han invertido grandes cantidades de dinero en construir un moderno pabellón, el Crystal Hall, con capacidad para 25.000 espectadores, a orillas del mar, justo donde los hermanos Nobel labraron su fortuna a finales del siglo XIX.

Las autoridades de Bakú alargaron el famoso bulevar de la ciudad para construir un paseo, construyeron tres hoteles de cinco estrellas y remozaron aeropuertos, carreteras, plazas y fachadas, proyectos que duplicarán el presupuesto de la anterior edición.

Todas estas reformas financiadas con los pingües ingresos recibidos de las exportaciones de sus ingentes recursos petrolíferos han transformado la capital de la antigua república soviética en la "Dubái del Cáucaso".

"El festival de Bakú será el mejor de la historia de Eurovisión", sostiene Niguiar Yamal, la voz femenina del dueto Ell/Nikki, que el año pasado conquistó al público europeo con la balada "Running Scared".

El domingo comenzarán los ensayos de los 42 participantes -Polonia declinó participar por motivos económicos- en la 57 edición del concurso, cuyas semifinales se disputarán el 22 y 24 de mayo.

"Mi canción 'Quédate conmigo' es una balada de amor. Voy a ensayar mucho. Espero transmitir mis sentimientos al espectador", dijo Pastora Soler, la representante española a la prensa local.

No obstante, no todos están encantados con el festival, ya que las organizaciones de derechos humanos han lanzado la campaña "Canta por la libertad" para protestar por la celebración de Eurovisión en un país donde se pisotean los valores europeos y hay decenas de presos políticos.

"Realmente no nos oponemos a que Azerbaiyán acoja Eurovisión. Lo que queremos es que todos los presos políticos sean puestos en libertad antes de la apertura del festival", declaró a Efe Anar Mamedli, coordinador de la Alianza en Defensa de las Libertades Políticas.

Esta es la canción de España en Eurovisión: