Un tema de absoluta y gran actualidad que pone sobre la mesa la dura realidad de los denominados cursos de terapia de conversión, mediante los cuales sectores de la Iglesia pretenden "curar" la homosexualidad cual si se tratase de una enfermedad. Es una historia verídica, escrita por Garrard Conley, que se apoya en el libro Boy Erased: A Memoir of Identity, Faith, and Family, publicado en 2016.

Dirigida por el actor australiano Joel Edgerton, penetra en la intimidad de Jared Eamons, hijo de un pastor baptista norteamericano que a los 19 años comunicó a sus padres que era gay. Una verdad que ninguno parecía dispuesto a tolerar, especialmente su padre, y que obligó al hijo, temeroso de causar daños irreparables a su familia y a su entorno, a ingresar en uno de esos programas terapéuticos.

Nominada a dos Globos de Oro, los de mejor actor dramático para Lucas Hedges y mejor canción original, es solo el segundo largometraje como director de Edgerton, que es también responsable del guión.

La película se beneficia, asimismo, de la sólida caracterización y de la más que convincente labor de Nicole Kidman y Russell Crowe, que asumen los cometidos de los padres de Jared. Con semejante equipo la cinta adquiere un nivel de convicción extraordinario.

Como confesó el autor del libro, Gerrard Conley, su propósito al escribir el texto no fue otro que ofrecer palabras de solidaridad a todos los que han pasado por la terapia de conversión. "Pero también nos preguntamos - añadió - cómo puede imponerse semejante intolerancia a seres queridos. Queremos que el espectador entienda que este tipo de injusticia social no siempre parte de monstruos, sino de personas cercanas a nosotros, figuras trágicas cuya decencia se ve superada a menudo por sus acciones". Por suerte en este caso los daños provocados no llegaron a ser irreversibles y Joel pudo superar el trance que le llevó a las puertas de la destrucción. No así un joven que se sometió también a la "cura" y acabó suicidándose. En su caso, fue la paulatina lucidez de la madre lo que impidió lo peor.