Sean Connery lució el impoluto traje de James Bond en seis ocasiones y se convirtió en el rostro más reconocible del personaje creado por Ian Fleming. Lo que no muchos sabían hasta ahora es que el ya retirado actor también participó en el guion de una película del agente 007 que nunca vio la luz.

Un filme, que hubiera llevado por título titulado Warhead, fue concebido en 1976 como una suerte de remake de Operación trueno, la entrega de Bond que protagonizó el propio Connery en 1965 y que ganó un Oscar a los mejores efectos especiales. Y su trama, en la que el súper espía debía nadar por las alcantarillas de Manhattan para evitar que tiburones robot provocaran un Holocausto nuclear, no tenía desperdicio.

En su lucha contra estos tiburones nucleares, el libreto de Warhead incluía una secuencia en la que Bond aterrizaba en paracaídas en lo alto de la Estatua de la Libertad donde luchaba con varios matones de Spectre. Una refriega de la que, cómo no, 007 saldría victorioso pero que dejaría para el recuerdo una impactante imagen: La de la sangre de los villanos recorriendo el rostro de la Estatua de la Libertad.

La participación de Connery en el proyecto comenzó a gestarse cuando el actor escocés, después de protagonizar Diamantes para la eternidad en 1971, cedió el testigo como Bond a Roger Moore, que debutó en el filme Vive y deja morir (1973). Según apunta la BBC, el nuevo Bond quería a toda costa que el nombre de Sean Connery estuviera presente en los créditos de futuras películas de Bond. De este modo, el actor se unió al grupo de guionistas en 1975 y la productora empezó a trabajar en la nueva versión de Operación trueno.

Aunque Connery estaba acreditado como guionista, no se ha demostrado que el protagonista de El nombre de la rosa realmente participara en el libreto de Warhead. El actor nunca antes había participado como guionista en ningún proyecto y no lo haría más adelante. Es posible que el único fin de incluir el nombre del actor fuera promocionar el filme.

Finalmente la película no se llevó a cabo por una demanda entre Eon Productions y el guionista Kevin McClory, que poseía los derechos de la historia del espía tras ganar el juicio contra Ian Fleming, el creador de Bond. Sean Connery y Paramount Pictures, que iba a ser la productora de Warhead, no quisieron entrar en la batalla legal por lo que ambos se retiraron y el proyecto de Warhead se vino abajo.