Existe una lucha continua en lo referente a la narración de historias. Como si de una pelea entre el bien y el mal se tratase, la épica disputa del libro o la película sigue generando grandes debates hoy en día. Lo cierto es que cada cual tiene su encanto y peculiar forma de narrar los acontecimientos. Los amantes de la literatura, sin embargo, afirmarán que en su mayoría los libros son mejores a las películas. Las siguientes películas demuestran que muchas veces están en un error.'Psicosis'

El gran Alfred Hitchcock llevó a la gran pantalla la adaptación de la novela de Robert Bloch. Esta película es considerada como una de las grandes obras maestras en el género de suspense, y supuso un éxito rotundo en su época de estreno.

Psicosis narra la historia de Marion Crane, una joven secretaria que, tras cometer el robo de un dinero en su empresa, huye de la ciudad y decide descansar en un pequeño y apartado motel de carretera. El lugar es regentado por un tímido joven llamado Norman Bates, que vive en la casa de al lado con su madre.

Existen unas cuantas sutiles diferencias entre la novela y su adaptación a la gran pantalla. No obstante, lo más destacable es que el protagonismo de Janet Leigh no solo cambia el libro, sino que deja a los espectadores huérfanos desde el segundo acto. Una prueba más de que Hitchcock construye las historias como le apetece.

'Desayuno con diamantes'

Holly Golightly es una bella joven neoyorquina que, aparentemente, lleva una vida fácil y alegre. Tiene un comportamiento bastante extravagante, por ejemplo, desayunar contemplando el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak, un escritor que, mientras espera un éxito que nunca llega, vive a costa de una mujer madura.

El cambio más drástico fue que en la novela Holly decide partir a Brazil con un hombre rico, y muestra su determinación de dejar su vida atrás abandonando a su gato en la calle. Paul suplica a Holly que se quede en Nueva York, pero ella sigue su camino y jamás la vuelve a ver. La película, por su parte, tuvo un final más "hollywoodense".

Resulta difícil superar a Truman Capote pero, nos quedamos con la versión de la película y la brillante e indescriptible actuación de una de las actrices más queridas, Audrey Hepburn.

'La naranja mecánica'

Alex (Malcolm McDowell) es un joven muy agresivo que tiene dos pasiones: la violencia desaforada y Beethoven. Es el jefe de la banda de los drugos, que dan rienda suelta a sus instintos más salvajes apaleando, violando y aterrorizando a la población. Cuando esa escalada de terror llega hasta el asesinato, Alex es detenido y, en prisión, se someterá voluntariamente a una innovadora experiencia de reeducación que pretende anular drásticamente cualquier atisbo de conducta antisocial.

Existen bastantes diferencias entre la novela de Anthony Burgess y el filme de Stanley Kubrick, pero destaca una por encima del resto. En el último capítulo del libro, Alex regresa a tener una nueva pandilla y a cometer delitos, pero llega un punto de reflexión donde entiende que su vida de adolescente ya no le llena y decide abandonar por cuenta propia el mal camino que hasta ahora construyó. Kubrick omite esta última parte con el fin de nunca perder la imagen violenta que hasta hoy se recuerda.

'El resplandor'

De nuevo Stanley Kubrick nos regala una gran obra audiovisual. Y por si fuera poco, está basada en la novela que hizo disparar la carrera como escritor de Stephen King.

Jack Torrance (Jack Nicholson) se traslada con su mujer y su hijo de siete años a un hotel en Colorado, para encargarse del mantenimiento de las instalaciones en invierno. Sin embargo, poco después de su llegada al hotel, al mismo tiempo que Jack empieza a padecer inquietantes trastornos de personalidad, se suceden extraños y espeluznantes fenómenos paranormales.

La diferencia principal es el personaje del hotel. Su papel es tratado de dos maneras diferentes, logrando en cada versión una explicación diferente a la historia. En el libro vemos la terrorífica historia de un lugar maldito que posee a quien lo encuentre, haciéndole cometer acciones horribles como matar a su propia familia.

En la película, por el contrario, vemos un drama un tanto más real, en el que un frustrado y atormentado padre desciende lentamente en la locura, viendo fantasmas y justificando sus acciones de manera fría y calculadora.

'El club de la lucha'

En el año 1996, el escritor Chuck Palahniuk presentó al mundo Fight Club, una novela que inauguró una nueva senda dentro de la literatura universal. Pero tres años más tarde, David Fincher nos regaló una alucinante adaptación filmográfica con Brad Pitt y Edward Norton como protagonistas.

Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustraciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador.

Una de las diferencias más características es que la cinta concluye con la épica destrucción de múltiples edificios mientras el narrador y Marla observan la escena. La novela, no obstante, termina con el narrador recluido en una institución mental.