El movimiento #MeToo ha revolucionado el panorama social y cultural. Tras las denuncias de varias mujeres explicando situaciones de acoso o de menosprecio o de discriminación, algo parece haber cambiado en la consciencia colectiva. Pero, ¿ha sido suficiente?

Según un reportaje publicado en 'The Hollywood Reporter' las cosas han variado en la industria del cine, en especial a la hora de rodar escenas de sexo. Pero en esencia, no han cambiado tanto como deberían.

En un texto de la periodista Tatiana Siegel analiza como ahora las actrices tienen más poder a la hora de negociar cómo se rodará una escena de sexo (sobre todo, de decidir qué partes mostrarán). Los abogados de las estrellas están inmersos en las complicadísimas 'cláusulas de desnudez' que especifican todo lo que tendrá lugar en el plató.

Salma Hayek y Alyssa Milano, caras visibles del movimiento #MeToo. Fotos: EFE/AP

¿Qué tiene una cláusula de desnudez?

Una 'nudity clause' (o cláusula de desnudez) puede contener hasta 40 artículos en los que se contemplen diferentes situaciones a la hora del rodaje. Por ejemplo, que durante la grabación haya pocas personas, que se utilicen parches fluorescentes sobre la piel...

Otra exigencia es exigir al estudio a retirar las posibles imágenes que se filtren del rodaje y se suban a Internet, además de estipular las pertinentes indemnizaciones.

Estos documentos también contemplan que la intérprete pueda cambiar su opinión y no rodar una escena de sexo simulada. Además, contiene un artículo en el que se pide destruir las tomas de desnudos si no se utilizan en el montaje. Harvey Weinstein habría guardado para su "colección particular" escenas eliminadas de desnudos de Cate Blanchett o Rooney Mara, en 'Carol'.

No todas las actrices pueden recurrir a la 'nudity clause'

A veces, una actriz no dice nada tras ser presionada para rodar una escena más allá de lo que se ha negociado previamente. Pero, en otras ocasiones, la intérprete llamada a su agente y/o abogado y éste trata de luchar para eliminar la escena.

Como vemos, hay cosas que se están moviendo en el mundo gracias al #MeToo, también en el del cine. Pero no todas las actrices pueden recurrir a contratos de este tipo. Sí, las súper estrellas, pero ¿y esas miles de actrices que no tienen ese caché? Parece que todo este colectivo sigue estando desprotegido.

Lo que no ha cambiado en este último año de movimiento son los desequilibrios de poder, las vulnerabilidades y las presiones incómodas que tienen lugar a la hora de filmar estas escenas.

De hecho, entre los múltiples representantes y cineastas prevalece la creencia de que las actrices necesitan más garantías que nunca, y en la era #MeToo están más dispuestas a exigirlas.