La tecnología avanza a pasos agigantados, y en ocasiones el ser humano no puede seguirle el ritmo. Los expertos han observado una consecuencia de la digitalización llamada "sociedad de la distracción", en la que los usuarios estamos constantemente expuestos a estímulos que dificultan mantener la atención en una actividad.

Un estudio reciente ha revelado que buena parte de la población experimenta dificultades para concentrarse, y atribuyen este problema al estrés generado por el exceso de notificaciones, mensajes y estímulos constantes que ofrecen los dispositivos móviles y sus aplicaciones.

Merecen especial atención las redes sociales, cuyos algoritmos están ideados para generar adicción, donde se puede encontar contenido infinito con un solo gesto con el pulgar.

Todo esto interrumpe constantemente la atención necesaria para realizar tareas, lo que afecta negativamente al rendimiento laboral, a la actividad física y al bienestar emocional.

Se ha demostrado que la sobreexposición a dispositivos digitales puede tener efectos adversos en la capacidad de mantener la atención a largo plazo. La adicción a estas tecnologías también disminuye la capacidad de concentración, puede aumentar los niveles de ansiedad y reducir la satisfacción vital.

Para evitar estos efectos nocivos, se recomienda limitar el uso de dispositos electrónicos durante el día. Desconectar digitalmente y participar en actividades no tecnológicas puede fortalecer la capacidad de concentración y mejorar el bienestar general, promoviendo una relación más equilibrada y saludable con la tecnología.