Cosas del tiempo

Cuando nos las prometíamos tan felices, va el tiempo y nos hace la puñeta. En Semana Santa, no, por favor. Hace cuatro días íbamos ya prácticamente en manga corta y ahora hemos vuelto a sacar gabanes, plumíferos y hasta la manta zamorana de abrigo, la de La Rosa de Oro que da buen calorcito. No conforme con el frío que ya pelamos el Lunes Santo, el tiempo nos obsequia, según la Aemet con más lluvia para Jueves y Viernes Santo. Que forma de matar las ilusiones de tantos. Teníamos hambre de Semana Santa y nos vamos a quedar con las ganas.

No quiero ser aguafiestas, y nunca mejor dicho, pero Jueves y Viernes Santo estarán marcados por el paso de sistemas frontales que atravesarán la Península de oeste a este. En concreto, el Jueves Santo, las lluvias estarán presentes en buena parte del territorio, sobre todo en el oeste y en la zona central, y serán más abundantes en Galicia, oeste y sur de Castilla y León, Extremadura y oeste de Andalucía. Y que la cosa se quede solo en agua, porque como le dé por nevar, el tiempo acabará enclaustrándonos en casa.

A pesar de que la incertidumbre aumenta, los modelos apuntan a que la inestabilidad continuaría hasta el domingo. Las borrascas atlánticas seguirán llegando durante el fin de semana, cuando se esperan lluvias sobre todo en el oeste y en la zona central del país. Las precipitaciones se podrían generalizar. A Castilla y León y por ende a Zamora, nos pilla de lleno, sí o sí. ¡Me da un coraje! No recuerdo quién me decía el otro día, "la cosa de la meteorología está en manos de Don Fernando", hombre, es mucho pedirle, aunque estimo que tiene mano allá arriba. Pero allá arriba están para otras cosas más urgentes y necesarias.

Las borrascas y los frentes atlánticos están asegurados. En algunos puntos se habla de muchos litros por metro cuadrado. Pensándolo bien, el agua es tan necesaria que, bienvenida sea, aunque a costa de nuestra Semana de Pasión. La primavera ha torcido el gesto y lo ha hecho de una forma que no esperábamos. La enorme granizada caída hace unos días, fue el fiel presagio de lo que iba a ocurrir, sólo que no llegamos a verlo.

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