Opinión | Zamoreando

¡Es que es de Zamora!

Cipriano García es un imprescindible en Caja Rural, lo demuestra a cada paso

Inauguración oficial de la oficina de Caja Rural de Zamora en Arroyo de la Encomienda (Valladolid).

Inauguración oficial de la oficina de Caja Rural de Zamora en Arroyo de la Encomienda (Valladolid). / Leticia Pérez - Ical

Igual que me llenaba de indignación escuchar una y otra vez unido al nombre de Víctor de Aldama, la coletilla de "presidente del Zamora Club de Fútbol", me llena de alegría ver el nombre de Caja Rural de Zamora en oficinas que se reparten por León, Madrid y Valladolid. Hasta ahora las "rurales" que veía por doquier en la capital de España tenían otros apellidos. Ahora tienen que competir con la Rural de Zamora que va viento en popa y a toda vela.

Mientras la exclusión financiera sigue su camino imparable, sobre todo en el medio rural, la Caja de Zamora incluye a los pueblos de aquí y de acullá, integrándolos en el ya extenso mapa que va confeccionando poco a poco. Sin prisa, sí, pero por lo que se ve, también sin pausa.

En la provincia de Valladolid son ya trece las Cajas Rurales de Zamora que llevan a gala el nombre de la tierra que vio nacer, crecer y expandirse a esta entidad que viene haciendo una especie de más difícil todavía en base a una labor bien hecha. En esta ocasión ha sido Arroyo de la Encomienda, de casi 22.000 habitantes, si no los ha superado ya, el municipio agraciado con esta lotería que supone contar con una oficina bancaria. Que pregunten a los pueblos que la banca española ha ido abandonando a su suerte que es nula, sobre todo en la España vaciada.

Entiendo que esa "apertura" no debe ser tarea fácil. Entiendo igualmente que el tesón de quienes están en primera línea tiene mucho que ver en la consecución exitosa de tan enorme patrimonio. Cipriano García es un imprescindible en Caja Rural, lo demuestra a cada paso. Siempre instalado en la cercanía y la humildad, sin olvidar la labor impagable que desarrolla Narciso Prieto, pieza importante de ese motor permanentemente encendido.

No es solo porque sea Caja Rural, ¡es que es de Zamora!, es que lleva aparejado el nombre de nuestra tierra que, en este caso, se pronuncia con respeto y con gratitud por no dar de lado a las poblaciones pequeñas. Ojalá siempre fuera así y se identifique a Zamora con el progreso, con ese espíritu envidiable que acredita Caja Rural de Zamora.

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