Empiezo la casa si no por el tejado sí por un rincón lateral, quizá sin mucha importancia televisiva pero sí reveladora de un talante, de una actitud en la que, he de decirlo cuanto antes, el que escribe ha caído, aunque he procurado señalarlo. La entrevista al presidente venezolano Nicolás Maduro que emitió La Sexta en Salvados -bombazo de audiencia, más de tres millones de espectadores, entrevista de un interés informativo que da la vuelta al mundo- no es más que un ejercicio de blanqueo al dictador, sentenció hace días la diputada del PP Pilar Marcos, por supuesto antes de emitirse la entrevista.

Con sorna de sereno agricultor respondió el director y presentador del programa, Jordi Évole. Sra. diputada del PP, ¿Usted ha visto la entrevista? Espérese al domingo, la ve, y luego, si quiere, ya opina. Un saludo, escribió en Twitter. Impecable. Otro apunte. Leo algo sobre el currículo de la diputada. Durante 18 años fue periodista en El País. Me descoloca. ¿Una periodista, por muy política que sea, aunque sea del PP, enfadada con el trabajo de otro periodista nada complaciente que ha conseguido llegar a uno de los mandatarios de más interés informativo?.

Supongo, dicho lo anterior, que la diputada, al ver la entrevista a Maduro, le habrá enviado un mensaje a Évole diciéndole que por favor, por favor, admita sus disculpas, que se pasó de frenada. No sólo no se blanquea al político fanfarrón sino que la conversación fue un meticuloso puzle que iba desmontando las mentiras, chapuzas, estrategias, amenazas y goteras de su Gobierno. Este comentarista vio, Sra. diputada -impecable fotografía, y producción excelente- un espectáculo televisivo de primera magnitud. Y un ejercicio periodístico ejemplar.