El Martini mezclado y no agitado ya no se lleva. Ahora lo que lo peta es el gin tonic de Larios con torreznos. Quien no pille la referencia, debería echarle un vistazo a Paquita Salas. Una de las mejores series del panorama audiovisual español y cuya segunda temporada se acaba de estrenar en Netflix. Sus creadores, Javier Calvo y Javier Ambrossi (conocidos coloquialmente como los Javis) no hay mes que no se vean involucrados en un nuevo proyecto. Que si toda la parafernalia de Operación Triunfo, que si el estreno en cines de La llamada, que si la llegada en Flooxer de su nueva webserie: Looser... Por eso esta temporada se ha hecho de rogar tras dos años de espera. Paquita Salas se ha hecho mayor con su desembarco en Netflix. No lo digo en el sentido de envejecer mal, sino de madurar y hacerse un producto mejor del que ya era. La serie ha perdido un poco esa sensación de gamberrada hecha entre amigos para subirla a Internet, pero ha ganado en ambición y en calidad. Ganan peso algunos de los personajes secundarios, así como el caché de algunos de los que intervienen en los cameos. Hay algunos que a estas alturas se conocen ya más que de sobra (por ejemplo el de Ana Obregón haciendo de sí misma) pero desvelarlos todos podría ser casi un spoiler. Lo mejor es dejarse sorprender.

A pesar de ser una comedia, la segunda temporada nos ha dejado un sabor agridulce porque la decadencia profesional de Paquita se ha agudizado. Parece que la llegada a Netflix no va a a suponer que le vayan mejor las cosas. En estos nuevos episodios hemos podido comprobar que la carrera de Paquita Salas siempre ha sido una montaña rusa en la que ha estado en muchas otras ocasiones al borde del precipicio, dejándose la piel por encontrar a la actriz 360. La serie es un homenaje al cine español y a las miserias con las que cada día viven los profesionales de la industria y los que se mueven en las bambalinas. Una de las grandes virtudes de Paquita Salas es que humaniza a la fama. Muchos son capaces de perder la dignidad por mantenerse ahí arriba y otros tienen las mismas inseguridades y complejos que todos.

Gran parte del mérito de la serie es de Brays Efe que consigue que olvidemos que es un hombre interpretando a una señora cincuentona y aportando las dosis justas de histrionismo al personaje. El actor es el guionista del segundo episodio de la nueva temporada, el de la Obregón. El resto ha corrido a cuenta de los Javis. Paquita Salas es una representante de actrices que atraviesa un bache profesional debido a que se ha quedado desfasada. La tecnología no es lo suyo, sino que a ella le va más el trato humano y el cara a cara, lo que no puede decirse que sea algo negativo para un mundo cada vez más deshumanizado. Cada capítulo está lleno de guiños y homenajes al mundo del cine y es un espejo de la sociedad actual. La España de los boicots por motivos políticos, de los locales de toda la vida que cierran para ser sustituídos por franquicias, de las estafas piramidales, de los trepas que buscan el éxito rápido, la moda de los coach...

Algunos de los mejores momentos nos llegan cuando la acción sale de la actividad de las oficinas de PS Management y se traslada a tranquilos pueblecitos de la geografía española. En la pasada temporada, la localidad riojana de Navarrete sirvió para resucitar la figura de Anna Allen, actriz que se inventó una exitosa carrera profesional en Hollywood y que desapareció de la vida pública al conocerse el montaje. Paquita Salas ofreció su particular versión de este incidente desde una mirada tierna, sin ensañarse con el árbol caído y sin caer en la humillación. En esta temporada, nos sacan otra vez del bullicio de Madrid para llevarnos a uno de esos entrañables festivales de cine de verano. Apunte para los curiosos: el Festival de Comedia de Tarazona existe y ofrece este verano un homenaje a Paco Martínez Soria.

Otro de los momentos más destacados de la serie ha sido el episodio dedicado a Lidia San José, esa actriz de series infantiles durante los 90 que en Paquita Salas se interpreta a sí misma. Su papel es algo así como lo que hace Jorge Sanz en la serie que lleva su nombre, Qué fue de Jorge Sanz. A éste se le recuerda por haber sido uno de los galanes destacados del cine español de los 90, a Lidia por sus papeles de niña en series ya olvidadas como A las once en casa y Aladina. Tras años en los que la industria cinematográfica también se ha olvidado de ella, se enfrenta al difícil momento de ponerse otra vez ante las cámaras. Aparecer en El Secreto de Puente Viejo sigue siendo una de las grandes metas a las que puedan aspirar las estrellas de Paquita Salas. A ver si con la llegada de Netflix se amplía el universo seriéfilo y abrimos las puertas a algunos de los títulos de la plataforma.

El final de Paquita Salas nos ha dejado un sabor agridulce. Si no fuera porque ya sabemos que la serie va a continuar diríamos que es un final trágico. Sabiendo que los Javis tienen pensadas varias temporadas más y la evolución de los personajes, vamos a dejarlo en que en realidad es un cliffhanger. El último episodio es uno de los mejores de la serie con un homenaje a la televisión de los años 90 como sólo Paquita Salas sabría hacer. Y hasta ahí puedo leer.

Los toques dramáticos de Paquita Salas parecen haber salido del caldo de cultivo de la otra serie que los Javis han producido para Flooxer, para cubrir el hueco que han dejado tras la mudanza del equipo de PS Management a la plataforma de Netflix. Looser está protagonizada por Esty Estrada, cuyo nombre artístico es Soy una Pringada y que cuenta con más de 200.000 seguidores en Youtube. El arranque está marcado por el tono de comedia. Ella misma se ha definido como una "gorda que insulta", a lo que añado el adjetivo de gótica. Así que el espectador ya puede prepararse a escucharla despotricar contra todo y para reírse con sus burradas. A medida que avanza la temporada, la historia va adquiriendo tintes cada vez más dramáticos. Al final nos encontramos con que es una historia de superación personal, en la que su protagonista tras caer lo más bajo que podía, encuentra su verdadera vocación subiendo vídeos en la red en los que da su visión de las cosas, Y no son opiniones de "cuñao". En la serie se nota el toque de los Javis, donde aparecen en un pequeño cameo y recordando una de las escenas más divertidas del primer episodio de Paquita Salas. También Brays Efe es uno de los secundarios del reparto. Esta vez hace de hombre, pero yo sigo viendo a Paquita cuando le oigo. Soy una pringada también se permite un cameo en el final de Paquita Salas. ¿Será el principio de nuevas colaboraciones?