Con el spot del colectivo de los «preofendidos» por los chistes que se escucharán en la Gala de los Goya que se celebrará el 2 de febrero en Sevilla tanto Andreu Buenafuente como Silvia Abril ya se han llevado la edición de calle. Su tono de parodia de altura, envuelta en aroma en blanco y negro, sus alucinantes composiciones de Lennon y Yoko Ono, hacen presagiar lo mejor.

A falta de buen cine, que viva el buen humor, cabría decir si no fuera de mala educación pronunciar a estas horas una boutade semejante. En su primer programa del año, Andreu mostró su bonhomía con un compañero al que aprecia, Raúl Arévalo. La excusa era la promoción de la película de animación de 'Memorias de un hombre en pijama', a la que puso voz. Atención, que es la película española que ha recibido las peores críticas de los últimos años, y ahí están los 6 semáforos en rojo en la página web de referencia , Filmaffinity, para demostrarlo: nunca habían coincidido los críticos de El País, El Mundo, El Periódico, ABC, Fotogramas y Cinemanía contra un producto patrio con tanta inquina. Sin embargo, evitando hacer sangre, Andreu Buenafuente se mostró exquisito, llevando la conversación por otros derroteros.

Hablando de buen cine, de qué otra forma si no. Desmontando en dos frases la polémica suscitada por las vías de exhibición de Roma. Salivando ante el estreno de 'Los europeos', novela de Rafael Azcona adaptada por Víctor García León en la que están Juan Diego Botto y Arévalo. Montando un disparatado homenaje a su invitado a cargo de David Fernández, que desprendía ternura a toneladas. Dejándonos con tan buen sabor de boca que a su término no podíamos más que preguntarnos por qué eso que parece tan fácil se hace tan caro de ver en las numerosas apuestas de comedia que proliferan en la tele a todas horas.